La ashwagandha, conocida científicamente como Withania somnifera, es una planta adaptógena usada tradicionalmente en la medicina ayurvédica, originaria de la India y del norte de África. Por suerte, actualmente está ganando popularidad en todo el mundo, sobre todo en quienes buscan mejorar su calidad de vida de manera natural.
¿Y cuándo es mejor tomarla? Pues bien, realmente da igual. Por la mañana aumenta la energía y la vitalidad, mejorando toda la concentración; por la tarde ayuda a mantener la energía durante el resto del día, mejorando la resistencia física y mental, y por la noche relaja el cuerpo y la mente, preparándola para descansar.
Sorprendentemente, se puede tomar de diferentes formas, en función de nuestras preferencias y necesidades. Eso sí, las cápsulas son la forma más común de consumir ashwagandha, ya que contienen un extracto de la raíz de la planta que le permite contar con todas las sustancias bioactivas en su interior. Otra forma es tomarla en polvo.
Entre sus beneficios, cabe destacar los siguientes, según varios expertos:
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Ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre y el colesterol
A través de sus efectos sobre la secreción de insulina y la sensibilidad, reduce los niveles de azúcar en sangre. Tras su ingesta, se aprecia un aumento significativo del sodio en la orina, el volumen de la orina, una disminución del colesterol LDL… -
Ayuda a controlar el estrés, la ansiedad y el nerviosismo
Es un tratamiento efectivo para el tratamiento de afecciones neuropsiquiátricas relacionadas con el estrés, como la ansiedad y el nerviosismo, mejorando incluso el estado de ánimo. -
Mejora del sueño
Sus características relajantes ayudan a inducir el sueño y mejorar su duración y profundidad, lo que contribuirá a una mejor recuperación física y mental. -
Aumento de la energía
Es conocida por aumentar la energía y la resistencia física. -
Reduce la fatiga
Acelera la recuperación, aumentando significativamente el rendimiento deportivo. -
Fortalece el sistema inmunológico
Ayuda a nuestro cuerpo a combatir infecciones y enfermedades, gracias a sus propiedades antioxidantes, que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres.