La Diócesis Padre Montesinos realizó una emotiva misa en las inmediaciones de la discoteca Jet Set, como parte del novenario por las personas fallecidas tras el colapso del techo del centro nocturno. El acto religioso, liderado por el padre Rogelio Cruz, congregó a familiares, amigos y miembros de la comunidad, quienes unieron sus voces para exigir justicia y una investigación transparente sobre la tragedia.
Durante la ceremonia, el padre Cruz expresó su indignación ante la falta de supervisión de las autoridades y responsabilizó a los dueños del local por construir «una desgracia a la luz de todos». «Hay hermanos y hermanas que, en un sentido de diversión, terminan en esa condición. No lo podemos admitir ni lo vamos a admitir», declaró el sacerdote, subrayando la necesidad de que el Estado dominicano asuma su responsabilidad.
El religioso exigió que la investigación se lleve a cabo «de manera objetiva y como tiene que ser: hasta el final, caiga quien caiga». Sus palabras resonaron entre los asistentes, quienes compartieron su dolor y consternación. «Ha sido una tragedia muy triste, dolorosa, pero esperamos en Dios que se haga justicia», expresó una de las personas presentes.
Un asistente, identificado como constructor, cuestionó la integridad estructural del edificio: «Vi todos los videos y me pregunto: ¿dónde están las columnas que debieron sostener esas vigas?». Su interrogante refleja las sospechas de negligencia en la construcción del lugar, un aspecto que podría ser clave en las pesquisas.
La misa también incluyó un simbolismo espiritual: la Diócesis trasladó hasta el lugar los óleos de sanación y liberación, buscando brindar consuelo a lo que denominaron «zona cero» de la tragedia.
El colapso ocurrió el pasado martes, y desde entonces, la comunidad reclama respuestas. Las críticas apuntan tanto a los propietarios del local como a las entidades reguladoras, acusadas de omitir controles. Mientras avanza el novenario, la demanda de justicia se mantiene vigente, con un llamado a que ningún responsable quede impune.
La Diócesis reiteró su compromiso de acompañar a las familias y vigilar que el caso no quede en la impunidad. Por ahora, la sociedad espera que las autoridades actúen con la rigurosidad prometida.