El reciente fallecimiento del papa Francisco ha sacudido al mundo y encendido las alarmas sobre una enfermedad que, aunque silenciosa, es una de las principales causas de muerte en el mundo: el ictus. Conocido también como accidente cerebrovascular, este trastorno ataca de forma repentina y, en cuestión de minutos, puede dejar secuelas irreversibles o causar la muerte, como ocurrió en este caso.
¿Qué es un ictus?
El ictus es una interrupción repentina del flujo sanguíneo hacia el cerebro. Puede producirse de dos formas:
– Ictus isquémico: cuando un coágulo bloquea una arteria cerebral.
– Ictus hemorrágico: cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra dentro del cerebro.
Ambas formas son extremadamente peligrosas, pero el ictus hemorrágico, que sufrió el papa Francisco, suele tener peores pronósticos debido a la presión que ejerce la sangre sobre el tejido cerebral.
¿Qué factores lo provocaron en el Papa?
Francisco, de 88 años, arrastraba varios factores de riesgo:
– Diabetes tipo 2
– Hipertensión arterial
– Antecedentes respiratorios severos (pues había perdido parte de un pulmón en su juventud)
A esto se sumó un reciente cuadro de insuficiencia respiratoria que debilitó su organismo. Esta combinación elevó significativamente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular grave.
¿Por qué es tan peligroso?
El cerebro depende de un flujo constante de sangre para funcionar. Cuando este suministro se detiene —ya sea por obstrucción o rotura—, las neuronas comienzan a morir en cuestión de minutos.
Si no se actúa rápidamente, las consecuencias pueden ser fatales o dejar discapacidades permanentes:
– Pérdida del habla
– Parálisis facial o corporal
– Pérdida de memoria
– Dificultad para razonar o coordinar movimientos
¿Se puede prevenir?
Aunque no todos los ictus se pueden evitar, reducir los factores de riesgo mejora significativamente las probabilidades:
– Controlar la presión arterial
– Vigilar los niveles de azúcar y colesterol
– Evitar el tabaquismo y el alcohol
– Hacer ejercicio y llevar una dieta saludable
¿Cuáles son los síntomas de alarma?
Reconocer un ictus a tiempo puede salvar una vida. Los síntomas más comunes son:
– Parálisis o debilidad repentina en cara, brazo o pierna (especialmente de un lado)
– Dificultad para hablar o entender
– Pérdida de visión
– Pérdida de equilibrio o coordinación
– Dolor de cabeza severo y repentino
Un recordatorio para todos
La muerte del papa Francisco es un triste recordatorio de que el ictus no distingue edad, género ni posición social. Atender los síntomas a tiempo y llevar un control médico riguroso puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.