Elegir entre una lata de refresco de cola y una cerveza parece una decisión simple, pero según la ciencia, ambas esconden riesgos importantes para la salud.
Un refresco de 33 cl contiene unos 35 gramos de azúcar, superando el límite diario recomendado por la OMS, lo que favorece obesidad, diabetes y caries. Por otro lado, una lata de cerveza incluye 14 gramos de alcohol, sustancia vinculada a enfermedades hepáticas, cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Las versiones sin alcohol o sin azúcar parecen alternativas más seguras. La cerveza sin alcohol, con apenas 50 calorías y menor contenido de azúcar, resulta menos dañina que una gaseosa sin azúcar, cuyos edulcorantes podrían alterar la microbiota intestinal.
Conclusión: si hay que elegir, la cerveza sin alcohol es menos perjudicial que las demás opciones. Aun así, ninguna supera al agua, la bebida más saludable y natural.