En una entrevista exclusiva con Edith Febles del matutino El Día, Antonio Espaillat, gerente de la discoteca Jet Set, se refirió por primera vez al colapso del techo del local ocurrido el pasado lunes, que dejó al menos 25 fallecidos y decenas de heridos. Entre lágrimas y visiblemente afectado, Espaillat aseguró que la tragedia “tomó por sorpresa a todos”, incluida su familia, y rechazó acusaciones de negligencia.
Espaillat reveló que se enteró del suceso mientras estaba en una feria tecnológica en Las Vegas (EE.UU.), cuando su hermana, atrapada bajo los escombros, lo llamó. “No tenía idea de la magnitud. Pensé en mi familia, mis amigos… Corrí al aeropuerto, pero al llegar entendí la gravedad”, relató. El empresario insistió en que el Jet Set, fundado hace 30 años por su madre, era “su vida” y negó omisiones en mantenimiento: “Si hubiera habido riesgo, lo hubiéramos corregido. Mi hermana y yo estábamos ahí siempre”.
Historial del edificio y mantenimiento
El local, originalmente un cine adquirido en los 90, nunca tuvo modificaciones estructurales. Espaillat explicó que los plafones de yeso del techo se caían periódicamente por condensación de los aires acondicionados, un problema “común” que atribuyó a filtraciones de agua. Aseguró que se impermeabilizó el techo hace un mes y que los empleados reemplazaban los plafones sin necesidad de expertos. Sin embargo, admitió que no hubo evaluaciones técnicas estructurales ni inspecciones estatales: “Nunca fue un protocolo”.
Respuesta a las acusaciones
Frente a versiones de redes sobre un presupuesto de 4 millones de pesos para reparaciones ignorado, Espaillat fue categórico: “Ningún ingeniero me abordó. Con esa cifra ni se arregla una esquina”. También desmintió que el sonido o equipos pesados en el techo (como los aires acondicionados) fueran un riesgo, aunque confirmó que seis unidades permanecían allí desde 1994.
Diálogo con las víctimas y futuro
El gerente confirmó que ha hablado con familias de empleados fallecidos y algunas víctimas, ofreciendo apoyo educativo y económico. “Lamento cada vida perdida. Estoy destrozado, pero asumiré mis responsabilidades”, dijo. Sobre el futuro del Jet Set, señaló que “el tiempo dirá”, aunque descartó reabrir pronto. Mientras, investigaciones oficiales y peritajes internacionales buscan determinar las causas exactas del colapso.
Impacto nacional y reflexiones
La tragedia ha reavivado el debate sobre regulaciones de seguridad en locales públicos. Espaillat concluyó: “Esto debe servir para que todos revisemos nuestras estructuras. Duele, pero es un llamado a prevenir”.
Mientras las familias de las víctimas exigen justicia, el caso sigue bajo la lupa de la fiscalía y la sociedad, que espera respuestas claras y acciones para evitar que hechos así se repitan.