La angustia por la desaparición de un hijo no se mide en días, sino en el peso del silencio, del vacío y de la incertidumbre. Así lo vive desde hace seis años Modesto Luciano, un humilde campesino de 70 años, residente en el municipio de Bohechío, quien aún busca desesperadamente respuestas sobre el desfile de su hijo, también llamado Modesto Luciano, desaparecido el 8 de enero de 2019 en Santo Domingo.
El padre relató con voz quebrada el dolor que lo ha acompañado desde aquella noche fatídica, cuando su hijo de 26 años salió de la casa de su hermano, ubicada en el sector 30 de Mayo, alrededor de las 8:30 pm, y nunca más se supo de él.
«Él salió de donde su hermano para acostarse en la casa donde vivía, pero no sabemos si llegó. Desde entonces, mi corazón no ha tenido paz», expresó el padre.
El dolor de Modesto padre se agrava por una tragedia que ha marcado su vida: su hijo desaparecido es uno de los trillizos que tuvo con su pareja. Uno murió de muerte súbita a los cuatro meses, otra falleció en un accidente de motor a los 22 años, y el único que le quedó desaparecido sin dejar rastro.
«Lo más difícil que he vivido en estos 70 años es la desaparición de mi hijo. Yo he perdido tres hijos, pero este me ha destrozado el alma porque no tengo respuesta, ni consuelo», contó entre lágrimas.
Detalla Yari Tapia en el Nuevo Diario que desde entonces, su búsqueda no ha cesado. Modesto ha recorrido 31 de las 32 provincias del país, visitando la mayoría de los municipios con los papeles en mano, preguntando por pistas, rastros o cualquier información que le devuelva la esperanza.
Ha acudido a múltiples instituciones, incluyendo el Departamento de Desaparecidos de la Policía Nacional, el Defensor del Pueblo, hospitales y hasta el hotel donde trabajaba su hijo, el Dominican Fiesta Hotel & Casino, donde entrevistó a amigos y compañeros de trabajo.
«He ido a todos los lugares posibles. Solo quiero saber si mi hijo está vivo o muerto. No quiero morirme sin saber su destino», expresó con profunda tristeza.
Modesto también cuestionó la falta de interés de las autoridades, denunciando un trato desigual que, según él, se basa en su condición social:
«Estoy convencido de que si mi hijo fuera hijo de un pelotero o de un millonario, ya las autoridades hubieran accionado. Pero como soy un pobre campesino de Bohechío, nadie me escucha», reclamó con impotencia.
A pesar de los años y del dolor acumulado, Modesto no pierde la fe. «Sigo esperando. No me rindo. Lo buscaré hasta el último día de mi vida», afirma con una mezcla de determinación y amor paterno que aún lo mantiene en pie.
Su clamor es también un llamado a la sociedad, por ello, pide a cualquier persona que tenga información sobre el parada de Modesto Luciano hijo, para que se comunique con las autoridades o con él directamente al teléfono: 849-2742861.
La búsqueda de este padre no es solo por justicia, es por cerrar un ciclo que ha mantenido en vilo a toda su familia y por recuperar, aunque sea en memoria, la presencia de un hijo amado.