Amaury Mo 
La Tierra acabará calcinada. No es una predicción, sino una conclusión científica sobre lo que pasará cuando el Sol agote su combustible y se convierta en una estrella gigante roja.
Elon Musk lo repite siempre que puede: si la humanidad quiere sobrevivir, tiene que mudarse. Su objetivo no es solo aterrizar en Marte y plantar una bandera, sino construir allí una ciudad capaz de mantenerse sin ayuda externa.
Durante una entrevista emitida por Fox News en el programa Jesse Watters Primetime, Musk explicó cómo ve el futuro del planeta rojo y lo que se juega la humanidad si no logra establecerse en él: “Marte es un seguro de vida para la vida en general. Así que, al final, toda la vida en la Tierra será destruida por el Sol. El Sol se está expandiendo poco a poco, así que, en algún momento, tenemos que ser una civilización multiplanetaria porque la Tierra quedará incinerada”.
A esta idea lleva años dándole forma desde SpaceX. De hecho, gran parte de su trabajo en los últimos años gira en torno a Starship, el cohete con el que planea enviar humanos a Marte. Y aunque los viajes aún no han comenzado, sí lo ha hecho la preparación del terreno: la empresa ya ha conseguido que su base de lanzamientos en Boca Chica, en el estado de Texas, pase a ser legalmente una ciudad. Se llama Starbase y fue aprobada tras una votación con 212 votos a favor y solo seis en contra.
La nueva ciudad no está pensada para atraer turistas, sino para facilitar que los lanzamientos y desarrollos avancen sin depender de otras administraciones. Su ayuntamiento está compuesto por tres personas, todas vinculadas a SpaceX.
Bobby Peden, vicepresidente de pruebas y lanzamientos, ocupa el cargo de alcalde. Le acompañan Jenna Petrzelka, exresponsable de operaciones de ingeniería, y Jordan Buss, que dirige el área de seguridad y salud ambiental.
A finales de 2024, en una carta enviada a las autoridades locales, Kathryn Lueders —directora general de Starbase y exdirectora de vuelos tripulados de la NASA— explicó que el nuevo estatus permite una mayor agilidad para los desarrollos técnicos y urbanísticos relacionados con la colonización de Marte.
La colonización marciana no depende solo de motores ni de tecnología. Requiere también control administrativo, planificación urbana y, según Musk, una visión compartida sobre hacia dónde hay que ir “cuando el destino de la vida, tal y como la conocemos, cambie para siempre”.
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