En una noche mágica en el Madison Square Garden, los New York Knicks aplastaron este viernes 119-81 a los Boston Celtics, los vigentes campeones de la NBA, y finiquitaron esta semifinal de la Conferencia Este por un global de 4-2.
El equipo liderado por Jalen Brunson (23 puntos) y Karl-Anthony Towns (21) jugará a partir del miércoles su primera final de conferencia desde 2000 frente a los Indiana Pacers.
Los Celtics estuvieron completamente desdibujados sin su estrella, el lesionado Jayson Tatum, y fueron humillados con desventajas de hasta 41 puntos.
Una colección de celebridades festejaron el triunfo desde la primera fila, como los cantantes Lenny Kravitz y Bad Bunny y los actores Timothée Chalamet y Ben Stiller.
Boston no se perdía una final de conferencia desde 2021 pero sus ilusiones de revalidar el anillo ya se habían hecho añicos el lunes cuando Tatum sufrió una rotura del tendón de Aquiles en el cuarto partido.
Jaylen Brown, la otra figura de los Celtics, fue el único que plantó cara con 20 puntos pero, con el duelo ya decantado para los locales, se retiró al banco por una temprana expulsión por personales al final del tercer cuarto.
Los Knicks hicieron vibrar a los 19.000 aficionados del Madison Square Garden acabando con una travesía del desierto de un cuarto de siglo hasta volver a final del Este.
Esta ausencia, la tercera mayor entre los equipos de la NBA, se prolongó al punto de que el padre de Brunson, Rick Brunson, era parte de los Knicks que jugaron su última final de conferencia en 2000, también con los Pacers como rival.
«Esto es grandioso. Que no hayamos estado aquí desde que mi padre estaba en el equipo, a él no le va a gustar, pero significa mucho para esta organización y esta ciudad», declaró Jalen Brunson.
Con la salida de Boston han caído los dos primeros sembrados del Este. El líder de la conferencia, Cleveland Cavaliers, sucumbió ante los Pacers por 4-1.
En el Oeste los Minnesota Timberwolves, sexto cabeza de serie, esperan rival del séptimo y definitivo partido del domingo entre Oklahoma City Thunder, primer sembrado, y Denver Nuggets, cuarto.
– «No se puede pedirles más» –
Los Knicks tenían toda la presión para liquidar la eliminatoria ante su público después de que el miércoles desperdiciaran su primera oportunidad de clasificar.
El emblemático Madison lució un lleno absoluto y creó una asfixiante atmósfera para los visitantes, cuyas intenciones de repetir victoria se esfumaron con su naufragio en el tiro exterior, el arma a la que apostaban su suerte.
Boston, que se quedó en un 29% de acierto en triples (12-41), tenía también el lastre de los problemas físicos de Kristaps Porzingis (4 puntos en 11 minutos) y no encontró respuestas en sus jugadores exteriores, con Derrick White y Jrue Holiday quedándose en 8 y 4 tantos.
Todos estos problemas hicieron inútil la expresión inicial de coraje de Jaylen Brown, que trató de cargarse a los Celtics al hombro anotando 13 de los 20 puntos del equipo en el primer cuarto.
Los esfuerzos del alero fueron insuficientes frente a unos Knicks con todos sus titulares en dobles dígitos de anotación, incluido un triple doble del alero Josh Hart con 10 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias.
Los Knicks aceleraron en el segundo cuarto, con un parcial de 38-17, y llegaron al descanso con una ventaja ya decisiva de 64-37 que Boston no pudo amenazar en ningún momento.
«Al final del día, nos marcamos un objetivo y no lo conseguimos», admitió Joe Mazzulla, entrenador de los Celtics. «Pero eso no debería quitarle mérito a la mentalidad y el esfuerzo que pusieron los jugadores… Su enfoque y proceso. No se les puede pedir más a los chicos. Creo que lo han dado todo a lo largo de la temporada».
«Estuvimos magníficos de principio a fin», dijo de su lado Tom Thibodeau, técnico de los Knicks. Los Celtics «no te van a regalar nada. Tienes que ganártelo. Y creo que lo hicimos».
El técnico de los Knicks, tercer clasificado del Este en la fase regular, hizo un llamado a centrarse en la próxima batalla ante los Pacers de Tyrese Haliburton y Pascal Siakam, cuarto del sector.
«Sabemos que Indiana es un equipo fantástico y vamos a tener que estar preparados», advirtió.