Comendador, Elías Piña.– El ingeniero Adriano Sánchez Roa, exsenador fronterizo y expresidente del Grupo Parlamentario de Amistad Domínico-Haitiano, afirmó que únicamente un contingente militar de las grandes potencias puede resolver el colapso de Haití, nación actualmente dominada por poderosas bandas criminales que impiden la implementación de un plan integral de desarrollo.
“En tal sentido, recomendamos al gobierno ya la sociedad dominicana intensificar las gestiones para que dichas naciones conformen una misión armada que elimine de manera definitiva la causa principal de la crisis haitiana: el dominio caótico de gran parte del territorio por grupos armados civiles”, expresó Sánchez Roa.
El también expresidente de la Comisión de Frontera del Congreso explicó que el propio pueblo haitiano ya no cuenta con las condiciones necesarias para restablecer por sí solo la seguridad en su país, por lo que es imperativa la implementación de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS), conformada por soldados con experiencia en combate provenientes de grandes potencias.
Sánchez Roa, autor de la Ley 139-13, Orgánica de las Fuerzas Armadas, y de la Ley 101-13, que regula el envío de unidades militares de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana en misiones de mantenimiento de paz, advirtió que los grupos armados haitianos ya cuentan con autonomía económica, al haber establecido altos aranceles para el tránsito de mercancías y personas.
Recordó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de María Isabel Salvador, responsable de la Oficina Integrada de la ONU en Haití (BINUH), reconoció que “la magnitud y duración de la violencia han superado la capacidad de la Policía Nacional Haitiana, incluso con el apoyo de las Fuerzas Armadas y la MSS”.
Salvador también informó que, entre febrero y marzo de este año, más de 1,000 personas fueron asesinadas y al menos 60,000 se vieron obligadas a desplazarse huyendo de la violencia, lo cual agravó aún más la crisis humanitaria. A esto se suma que más de tres millones de niños y niñas requieren asistencia humanitaria, según datos de UNICEF, y más de la mitad de la población haitiana sufre hambre.
«Por eso —explicó el exsenador— sería un grave error reactivar los cascos azules de la ONU, que ya fracasaron, al igual que está ocurriendo ahora con los policías de Kenia y otros países. Las bandas que deben ser desmanteladas están fuertemente armadas, conocen su territorio y están dispuestas a enfrentar cualquier contingente que intente imponer la paz y la seguridad».
Sánchez Roa subrayó que, tras lograr la pacificación y el retorno de la institucionalidad en Haití, se podrían garantizar servicios básicos a la población: alimentación, salud, educación, empleos, así como el desarrollo de zonas francas, turismo, agroindustria y, sobre todo, la protección de los derechos humanos.
Para la República Dominicana —que sufre el impacto directo de la presión migratoria masiva y ve amenazada su estabilidad social, económica y demográfica— es esencial devolverle al pueblo haitiano un Estado civilizado, institucional y democrático. A este propósito deben contribuir las ONG y los actores internacionales involucrados.
Sánchez Roa alertó que, mientras las fuerzas lideradas por Kenia no logran pacificar el país, las bandas criminales siguen expandiéndose hacia zonas anteriormente seguras como Delmas, Pétion-Ville y el centro de Puerto Príncipe, además de extenderse a los departamentos del Oeste, Centro y Artibonite.
Mencionó la incursión en Mirebalais, una ciudad haitiana ubicada a unos 50 kilómetros de Elías Piña, así como la toma de Malpasse por parte de la banda 400 Mawozo, a 30 kilómetros de la frontera.