Remontando de la mano de Karl-Anthony Towns, los New York Knicks vencieron el domingo 106-100 en la cancha de los Indiana Pacers y se acercaron 2-1 en el global de la final de la Conferencia Este de la NBA.
Towns, con 20 de sus 24 puntos en el último cuarto, fue el salvador de unos Knicks que bordearon una desventaja de 3-0 que ningún equipo ha remontado en la historia de los playoffs.
Los Pacers, la franquicia revelación de estas eliminatorias, se presentaron ante su público con la confianza por las nubes tras ganar los dos primeros asaltos en Nueva York.
El equipo de Tyrese Haliburton (20 puntos) y Pascal Siakam (17) impuso de nuevo su vertiginoso ritmo en el arranque del juego y llegó a colocarse 20 puntos por encima (55-35) poco antes del descanso.
Pero los Knicks, que dejaron escapar el primer duelo con una remontada imposible de Indiana, fueron esta vez los que dieron la vuelta al marcador gracias a la explosión ofensiva de Towns.
En el último cuarto «quería darle una oportunidad de ganar a nuestro equipo y estoy contento de haberlo conseguido», declaró el pívot dominicano-estadounidense. «Cada vez que se gana es una buen sensación. Estar 2-0 abajo y encontrar la manera de ganar hoy aumenta nuestra confianza y nuestra moral como equipo».
«Es una derrota difícil», reconoció el entrenador de Indiana, Rick Carlisle. «Hay que darles crédito por luchar duro y mantenerse en el partido».
«Nosotros hicimos un mal trabajo para cerrar el tercer cuarto y comenzar el último y dejamos que se convirtiera en un partido de ida y vuelta en el que ellos ejecutaron mejor en la recta final», describió.
– Remontada neoyorquina –
El Gainbridge Fieldhouse se vistió el domingo de gala para alentar a unos Pacers que, para sorpresa de la liga, se encuentra a medio camino de sus primeras Finales de la NBA desde 2000.
En uno de los descansos, los 18.000 espectadores ovacionaron la aparición en la pista del piloto Álex Palou.
Sólo unas horas antes, y a apenas 10 kilómetros de distancia, Palou se convirtió en el primer español en ganar la emblemática carrera de las 500 Millas de Indianápolis.
Sin apenas margen de error, el entrenador de los Knicks, Tom Thibodeau, cambió su quinteto inicial para introducir al pívot Mitchell Robinson por el alero Josh Hart.
La combinación de dos hombres altos como Robinson y Towns restó fluidez al ataque visitante en el arranque del partido, en el que volvió a imperar la asfixiante defensa de Indiana.
Los Pacers disfrutaron de amplias ventajas en el tercer cuarto pero no lograron dar el acelerón definitivo ante unos Knicks que resistieron gracias al paso adelante de suplentes como Delon Wright y Landry Shamet.
El juego dio un vuelco al inicio del último cuarto cuando Towns, que estaba teniendo una noche aciaga con sólo cuatro puntos, explotó con 15 en sólo cuatro minutos desde todo tipo de posiciones.
Los Knicks recuperaron entonces el liderato y lo conservaron a pesar de que su líder, Jalen Brunson (23 puntos), se pasó gran parte del último parcial en el banco por problemas de faltas.
El base regresó a la cancha a un minuto y medio del final y ayudó a mantener la ventaja con una canasta clave y dos tiros libres.
Los Knicks, que compiten en su primera final del Este en un cuarto de siglo, tendrán la oportunidad de empatar la serie en el cuarto partido del martes, de nuevo en la cancha de los Pacers.
En la final del Oeste los Oklahoma City Thunder, el mejor equipo de la fase regular, dominan 2-1 a los Minnesota Timberwolves.