El cadáver de Jacobo Báez, un joven oriundo de la comunidad de Batey Santana, fue encontrado desenterrado y mutilado, dos días después de haber sido sepultado en el cementerio del municipio de Tamayo, en la provincia Bahoruco.
El hecho fue descubierto por familiares de Báez, quienes casualmente cruzaban por los alrededores del campo santo, y al percibir un olor inusual en el lugar se aproximaron para ver de qué se trataba. Según informaciones preliminares, el cuerpo fue hallado sin cabeza, sin ambos brazos y sin el féretro en el que había sido sepultado.
Las autoridades no han ofrecido declaración algún sobre los posibles responsables, mientras que, los familiares y la comunidad exigen justicia.
El hecho fue denunciado ante la fiscalía del Ministerio Público para investigar lo sucedido y puedan dar con los culpables.
Jacobo Báez, conocido como un joven tranquilo y trabajador, falleció después de sufrir un derrame cerebral.
Según los familiares, el encargado del cementerio y el Ayuntamiento aún no han dado una declaración oficial, ni se presentaron al lugar del hecho. La familia hizo llamado a las autoridades del Dicrim y la Policía Nacional para asumir este caso y buscar los responsables, para que apliquen la sanción correspondiente y evitar la repetición de un hecho similar.
El acto ha generado gran consternación en Tamayo y zonas aledañas, reavivando los debates sobre seguridad en los cementerios rurales y el respeto a los derechos post mortem.