La transformación del sistema penitenciario dominicano avanza con pasos firmes. En un recorrido realizado por Don Roberto y representantes del gobierno y la sociedad civil, se mostraron los avances del nuevo centro penitenciario ubicado en Las Parras, donde próximamente serán trasladados más de 2,400 internos provenientes de la sobrepoblada cárcel de La Victoria.
Este proceso, impulsado desde la Presidencia de la República y apoyado por la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria, cuenta con la ejecución del Ministerio de Vivienda (MIVHED) y la supervisión de la Dirección del Sistema Penitenciario, dependiente de la Procuraduría General de la República.
Un nuevo enfoque: evaluación, dignidad y derechos
Antes del traslado, se está realizando una evaluación detallada de los privados de libertad que ocuparán el nuevo recinto. Además, la Oficina Nacional de la Defensa Pública —a través de su comisión carcelaria— juega un rol fundamental, supervisando que las instalaciones respeten los estándares internacionales de derechos humanos.
La doctora Rodríguez, representante de dicha comisión, expresó que el objetivo es asegurar que estas nuevas edificaciones no repliquen los patrones de violación a la dignidad humana que aún persisten en otros centros del país, donde muchos internos duermen en el suelo o carecen de condiciones básicas de intimidad.
Instalaciones pensadas para la rehabilitación
El nuevo recinto penitenciario no solo mejora las condiciones físicas, sino también el enfoque de rehabilitación. Las celdas están diseñadas para albergar desde dos hasta seis personas, con áreas adecuadas para el descanso, almacenamiento de pertenencias, y baños con paredes que garantizan la privacidad, un elemento antes ausente.
En palabras del propio Don Roberto, “esta pared no existía, el inodoro estaba totalmente expuesto, y eso era una clara violación al derecho a la intimidad”. Hoy, esa realidad empieza a cambiar.
Las nuevas celdas también están equipadas con colchones especiales ignífugos y de alta resistencia, diseñados para brindar un descanso digno y seguro.
Rutina estructurada y oportunidades de reinserción
Los internos seguirán un horario disciplinado: se levantarán a las 6:00 a.m., deberán mantener limpias sus áreas, y luego asistirán a clases o trabajos designados, dependiendo del turno. Esta rutina busca fomentar la disciplina, el estudio y el trabajo, pilares clave para su futura reinserción social.
Además, los bloques cuentan con áreas sociales, lavadoras compartidas y un sistema de control magnético en puertas y pasillos para garantizar tanto la seguridad como la operatividad del centro.
Lo que aún falta por mejorar
Aunque el avance es evidente, la Defensa Pública subrayó algunos aspectos pendientes. Entre ellos, la necesidad de ajustar la longitud de algunas camas para internos de mayor estatura, y seguir corrigiendo fallas en otros centros donde persiste la exposición de inodoros y condiciones indignas.
Sin embargo, se reconoció el esfuerzo del gobierno en responder a estas observaciones con rapidez y compromiso.
A tener en cuenta
Este nuevo centro representa más que una infraestructura moderna; es un símbolo del cambio que se busca en el sistema penitenciario dominicano: de castigo inhumano a rehabilitación digna. Aún queda camino por recorrer, pero pasos como este son claves para construir una justicia verdaderamente humana y transformadora.