Gregory Adames, exempleado de la discoteca Jet Set y testigo fundamental en la investigación del colapso del techo que cobró 236 vidas el pasado 8 de abril, denunció públicamente que teme por su integridad física tras colaborar con el Ministerio Público. En una entrevista cargada de emotividad, para Sin Careta TV, Adames responsabilizó directamente a la familia propietaria del local —Antonio Espaillat López y Ana Grecia López— de cualquier atentado contra él.
Adames, quien trabajó en el Jet Set desde 2018 como encargado de logística y eventos, reveló que entregó al Ministerio Público un teléfono con videos y conversaciones con Antonio Espaillat donde advirtió expresamente que el techo «se estaba cayendo» y que no había condiciones para la fiesta del 8 de abril, amenizada por el fallecido merenguero Rubby Pérez.
«A pesar de mi advertencia, Antonio Espaillat insistió en continuar el evento. Hoy, Rubby Pérez y 235 personas más están muertas», declaró con voz quebrada. Las pruebas presentadas por Adames buscan demostrar no solo responsabilidad civil, sino penal de los dueños del establecimiento.
DENUNCIA FORMAL Y TEMOR A REPRESALIAS
Acompañado por sus abogados Luis Andrés Aybar y Plinio Pina, Adames interpuso una querella con constitución en actor civil contra Espaillat López, su madre y las empresas Inversiones E y L y Club Jet Set. Sin embargo, su cooperación con la justicia lo ha sumido en el miedo:
«Públicamente responsabilizo a la familia Espaillat si desaparezo, sufro un ‘accidente’, un atraco o un intercambio de disparos. No estoy enfermo, solo quiero tranquilidad. Mi intención no es hacer daño, sino que se conozca la verdad», afirmó.
El testigo, interrogado por fiscales de la Dirección de Persecución del Ministerio Público, aseguró que sus pruebas están «en sitio seguro» y vinculó su temor al poder económico de los acusados: «En este país, el dinero puede más que la vida humana».
EL DOLOR POR LAS VÍCTIMAS: «NO SOLO ERAN CLIENTES»
Adames rompió en llanto al recordar a sus compañeros fallecidos, criticando que las víctimas hayan sido reducidas a cifras: «Nadie habla de los empleados. Alexander Mejía era mi hermano; Hotel, Máximo Peña, Naidel Velasco y su esposa, Chico Guti… Todos tenían familias».
Denunció que los empleados sobrevivientes recibieron liquidaciones con descargos que los desvinculan de futuras demandas: «Ese fue el ‘agradecimiento’ por años de trabajo. Hoy, viudas como la esposa de Roger —con un hijo de 7 años— están abandonadas».
LLAMADO A LA JUSTICIA: «EL PUEBLO MERECE SABER»
Adames exigió imparcialidad a las autoridades: «Cada familia dominicana necesita saber qué pasó. La justicia debe olvidarse del poder económico y actuar. Si a Espaillat le toca cárcel, que la cumpla: una vida no se compra».
Dirigiéndose a Antonio Espaillat, sentenció: «Recuerde esa fecha. Hay un Dios que todo lo ve. Sus imperios y cuentas bancarias se quedarán aquí cuando muera. ¿No sería mejor ser humano?».
UN SOBREVIVIENTE ROTO
El exempelado confesó que la tragedia lo dejó en un estado profundo de duelo: «La vida se me fue. No puedo escuchar música, solo quiero estar lejos… Mi esposa e hijo son mi único aliento». Pidió al pueblo dominicano mantener la fe y priorizar la vida sobre el dinero: «Esta tragedia es un mensaje: seamos más humanos».
Contexto: La investigación del Ministerio Público avanza mientras la sociedad reclama respuestas. Las declaraciones de Adames aumentan la presión sobre los dueños del Jet Set, ahora señalados no solo por negligencia, sino por presuntas amenazas veladas contra un testigo.
