Por más buena que esté la actuación de Taraji P. Henson, lo cierto es que después de ver Harta, mucha gente salió… ¡jarta!
Sí, jarta de llorar, jarta del drama, jarta de que la protagonista no tenga un solo respiro en toda la película. Una vaina tras otra, como si la vida de esa mujer fuera una telenovela escrita por el diablo con insomnio.
Una historia que arranca fuerte… y nunca te suelta
Desde que arranca, uno sabe que se viene la desgracia. Janiyah, una madre soltera, tiene una hija enferma, un sistema que no sirve ni pa’ limpiarse los lentes y un trabajo que le paga menos que una tanda en el colmado. Todo va tan mal, que uno empieza a pensar: “¿Pero y esta mujer no va a tener aunque sea cinco minutos de suerte?”. Spoiler: no.
Drama con sal y limón
La gente no está diciendo que la película es mala. No. Lo que pasa es que es tan intensa que te drena. Te deja como cuando ves tres episodios de La Rosa de Guadalupe corridos sin tomar agua.
Y eso sí: Taraji se comió el personaje. Pero lo que nos preguntamos es: ¿ella va a cobrar por lágrima derramada? Porque si es así, que Netflix se prepare pa’ pagarle como a Messi.
Reacciones reales:
- “Lloré, pero de impotencia. ¿Cómo le va a pasar todo eso a una sola gente?”
- “Yo me paré a mitad de película a abrazar a mi mamá.”
- “Estoy HARTA de HARTA, y aún así la recomendaría.”
- “Es tan triste que me dieron ganas de pedir un préstamo y ni sé pa’ qué.”
Conclusión
Si estás buscando una comedia, Harta no es.
Si estás buscando acción, tampoco.
Ahora, si estás buscando una película para vaciar el alma, desahogarte, y quedarte viendo el techo pensando en la vida, entonces… adelante. Pero prepárate, porque cuando termine no sabrás si agradecer la tuya o salir a abrazar a alguien en la calle.
Advertencia: no es apta para gente sensible, ni para verla después de una mala semana. Porque si estabas medio triste, Harta te va a dejar embarrá de mocos.
¿Te gustaría un diseño para redes o una versión más corta para un post viral?