Desde su estreno el pasado 11 de junio, «El caso Air Cocaine: traficantes de altura» se ha convertido en un verdadero fenómeno en Netflix, posicionándose actualmente como la serie más vista en República Dominicana.
Esta miniserie francesa de tres episodios reconstruye uno de los casos de narcotráfico más sonados y polémicos de la última década: la incautación en República Dominicana de 700 kilos de cocaína en un avión privado con rumbo a Saint Tropez, Francia.
Lo que parecía una operación antidrogas de rutina en 2013, terminó por destapar una historia de intriga internacional.
Dos pilotos franceses, Pascal Fauret y Bruno Odos, fueron arrestados y condenados por tráfico de drogas, aunque más tarde protagonizaron una fuga sorprendente en lancha rápida hacia su país de origen.
Años después, serían absueltos por la justicia francesa, dejando al descubierto las fisuras de un caso que aún genera controversia.
Detalla Estefany Collado en el Listin Diario, que con una narrativa envolvente, la serie logra unir lo mejor del género documental con la tensión de una historia de crimen real.
A través de entrevistas clave y documentos nunca antes vistos, invita al espectador a mirar más allá de los titulares y cuestionar qué tan claras son las fronteras entre la verdad judicial y la verdad mediática.
Un elemento que añade peso local es el equipo de producción en República Dominicana, encabezado por Jessica Hasbun y Kelvin Liria, quienes lideraron el trabajo de campo para capturar la complejidad de este caso desde el Caribe, escenario fundamental de la historia.
Entre los entrevistados se encuentran figuras dominicanas como la periodista Alicia Ortega (breve participación) y el ex Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, cuyas voces aportan contexto y perspectiva sobre lo que realmente ocurrió durante y después de aquella operación.
“El caso Air Cocaine” es más que una miniserie para maratonear: es una pieza que invita a reflexionar al espectador, plantea preguntas y deja claro que, a veces, la línea entre culpabilidad e inocencia no es tan evidente como parece.