Las previsiones diarias de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) apuntan a que este sábado, 21 de junio, apagones afectarán de forma simultánea a la mitad de Cuba durante el horario de mayor demanda del suministro, en las horas de la tarde y noche.
En ese sentido, la UNE calcula para el “horario pico” de esta jornada una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.850 (MW) y una demanda de 3.550 MW.
Así las cosas, el déficit será de 1.700 MW y la afectación –lo que se desconecta realmente para evitar un apagón desordenado– llegará en el transcurso de la tarde a la noche.
Cuatro apagones nacionales han afectado el servicio eléctrico desde finales del año pasado. El más reciente de ellos ocurrió en marzo, cuando la mayoría de los cerca de 9.7 millones de cubanos quedaron sin servicio un fin de semana completo.
No obstante, en febrero de este año se registró la mayor tasa de déficit en lo que va de 2025 –y también en los últimos dos años–, con el 57% a oscuras en simultáneo.
Las autoridades cubanas atribuyen la crisis de energía a las averías en las centrales térmicas de más de 40 años de explotación y el déficit de combustible, además de la falta de divisas para satisfacer la demanda diaria.
Un reporte de la UNE registra que seis de las 20 unidades de producción termoeléctrica tienen averías o están en mantenimiento, mientras que 81 motores de generación eléctrica están fuera de servicio por falta de combustible.
Así las cosas, la intermitencia en el suministro del servicio eléctrico, además de agravar la ya compleja situación de la isla, frena la economía cubana, que se contrajo un 1,9% en 2023 y que no creció en 2024, de acuerdo a informaciones del mismo país.
Según esas cifras, el PIB de Cuba sigue por debajo de los niveles de 2019 y el panorama no será diferente para este año, periodo en el que las autoridades prevén un avance del 1%.
Verano en penumbra
La llegada del verano a la isla amenaza con intensificar la crisis energética cubana, con apagones medios diarios de casi 20 horas, según información conocida por EFE.
Como ya se mencionó anteriormente, este sábado –el primer día de verano– las autoridades son incapaces de satisfacer la demanda máxima estimada del suministro, por lo que un 50% del país quedará a oscuras.
Mientras, el descontento crece entre los isleños. «No sabemos ni a qué hora viene ni a qué hora la van a quitar», asegura en diálogo con EFE Ana Rosa, habitante de la provincia occidental de Pinar del Río, una comunidad que como muchas otras sufre las consecuencias de los apagones.
En esa provincia, por ejemplo, los cortes superan ya las 30 horas seguidas y no siguen programación alguna.
“El que trabaja tiene que levantarse de madrugada a cocinar si a esa hora hay luz. Han dicho que están trabajando con los paneles solares, pero me parece que eso tampoco será la solución”, indica Rosa.
«Quisiéramos que no hubiera apagón, pero eso no va a ser posible”
Las mismas autoridades cubanas han reconocido que los apagones no van a dejar de ser parte de la realidad del país en un futuro cercano.
El director de la estatal Unión Eléctrica (UNE), Alfredo López, aseguró recientemente que aunque quisieran “que no hubiera apagón”, “eso no va a ser posible”.
López detalló que el pasado mayo el promedio de cortes eléctricos ascendió a 18 horas diarias, mientras que hay provincias en las que se desconectan hasta el 90% de los circuitos.
Con todo y eso, el gobierno se plantea un objetivo, que “el apagón sea manejable” a corto y medio plazo.
Por su parte, Jorge Piñón, un analista del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, asegura que para la crisis energética de Cuba “no existe una solución a corto plazo”.
«La única solución es la recapitalización total de su matriz energética”, remarcó este experto cubano, quien estima que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) precisa «inversiones de entre 8 mil y 10 mil millones de dólares estadounidenses”, apunta Piñón.
Con EFE y medios locales