La exdirectora del Seguro Nacional de Salud (Senasa), doctora Altagracia Guzmán Marcelino, y el antropólogo social Bernardo Matías, exgerente de Salud de la institución, advirtieron sobre la situación financiera que atraviesa esa ARS, particularmente en el régimen subsidiado.
Una de las razones se debe, según señalaron, a que el 72% del gasto del régimen subsidiado se va a la red privada, lo que para Matías indica “un proceso de privatización del régimen subsidiado”, porque los beneficios no van a los hospitales de la red pública. La red privada cobra tarifas superiores a las del régimen subsidiado.
Ambos fueron funcionarios de Senasa por más de diez años y ofrecieron una entrevista al programa El Día, dirigido por Edith Febles, donde presentaron el libro «Senasa: 20 años de historia», que aborda la evolución y desafíos enfrentados por la entidad desde su creación bajo la Ley 87-01.
Según explicaron, en el último informe financiero de Senasa muestra un déficit en el régimen subsidiado de 3,300 millones de pesos, pero a eso hay que agregarle 2,100 millones que inyectó el Poder Ejecutivo que suman 5,400 millones de pesos.
Matías entiende que asumir el camino de inyectarle recursos a Senasa es muy equivocado y que sigue la tendencia en los próximos cinco años el déficit será 20 mil millones de pesos y va camino a lo que fue el Instituto Dominicano de Seguros Sociales.

Propone mejorar el sistema de auditoria, porque a su juicio, “de seguro que en ese gasto hay fraudes en el medio, sí, pero eso se detecta con un buen sistema de auditoria”.
“Senasa en este momento no está en quiebra en términos legales, en término del patrimonio, pero la tendencia es que si no se abordan con responsabilidad las raíces de los problemas va a terminar en quiebra”, explicó Bernardo Matías .
Otro dato que agregó Matías fue la caída de las utilidades acumuladas, los recursos que quedan después de cumplir las responsabilidades pago y costos, que en Senasa en 2023 eran 2,953 millones y en 2024 bajó a 947 millones de utilidades, y enero de este año baja a 844 millones, es decir en tres años las utilidades han bajado 2,105 millones.
Aunque el libro sale a luz en momentos en que distintos sectores cuestionan la situación financiera del Senasa, la doctora Guzmán Marcelino, quien también fue ministra de Salud Pública, dijo que la idea surgió hace más de una década y que trabajaron en el texto desde 2021.
La doctora propone hacer un diagnóstico a la ARS para que su misión de garantizar salud a la población permanezca.
“Esta gestión de Gobierno tiene que adentrarse a hacer un diagnóstico. ¿Qué está pasando en Senasa? Para que ese instrumento de este país para el aseguramiento en salud permanezca, porque de seguir… porque quien partidarizó este tema fue el Presidente de la República”, dijo.
Recordó que en 2010 esa ARS presentó una situación financiera que ameritó tomar acciones inmediatas.
Dijo esperar que ese instrumento que es Senasa, de políticas sociales permanezca, que eso fue lo que el legislador aprobó como ese instrumento del Estado.
Ante la pregunta del periodista German Marte, de quién se beneficia de esta situación, respondió: “Él dice (Matías) que el 72% se va a la red privada, tú mismo va a responderte la pregunta, quien gana es el sector privado con el debilitamiento de Senasa, pero pierde la población en términos de gasto de bolsillo”.
Guzmán Marcelino, sin embargo, reconoce que a su gestión también le afectó la debilidad de la red pública de salud.
“Ante la incapacidad de la red pública para garantizar cobertura de salud de calidad, Senasa tiene que garantizar protección a sus afiliados, y ante esa incapacidad, procede a contratar la red privada. La ley le da opción a Senasa de contratar la red privada en los lugares donde no exista la red pública”, por lo que en 2005 hicieron contratos con patronatos como el Oncológico Heriberto Peter, posteriormente con Cedimat y con la Plaza de la Salud.
Dice que al margen del centro que sea, esa es la protección al que no puede negar, pero no debe ser la regla.
Ahí está la mano de la protección de la gente que no puede pagar, al margen del centro que sea, pero deben ser casos excepcionales, no debe ser la regla.
Entienden que asumir el camino de inyectarle recursos a Senasa es un camino muy equivocado. «Ese es el camino del IDSS. Si Senasa sigue la tendencia en el año 2030, su déficit será 20 mil millones de pesos. Hay que ir a los problemas estructurales que tiene ver con las tarifas, con la carga de enfermedades que tiene esa cartera, y que tu tiene que redefinir política y estrategia» .