La Policía Nacional informó sobre el arresto de Apolinar de la Cruz Adbrincola, de 31 años, señalado como el principal sospechoso del asesinato de Iliana Rosemary Marte de Báez, una joven empresaria de 37 años, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el pasado lunes 21 de julio dentro de su oficina, ubicada en el residencial San Gerónimo, en el sector Colinas del Arroyo II, Santo Domingo Norte.
El caso, que ha provocado una fuerte ola de indignación en la comunidad y entre sus allegados, fue investigado por la Subdirección Central de Investigación Criminal (Dicrim), la cual logró establecer que el presunto homicida trabajaba como vigilante en el mismo conjunto residencial donde ocurrió el crimen.
Abandonó su puesto para atacar a la víctima
Según el informe policial, De la Cruz Adbrincola dejó deliberadamente su área de trabajo para entrar a la oficina donde se encontraba Iliana Marte, donde posteriormente se perpetró el asesinato. Al ser cuestionado, intentó desviar la atención de los investigadores culpando a un repartidor de delivery, pero su versión no resistió el análisis.
Las autoridades encontraron inconsistencias en su relato y signos físicos que lo delataban.
“Tenía arañazos visibles, señales de haber forcejeado con la víctima. Eso contradijo completamente su declaración inicial”, explicó Diego Pesqueira, vocero de la Policía Nacional.
Estrangulamiento y frialdad
El informe forense reveló que la causa de muerte fue estrangulación. Tras cometer el crimen, el acusado abandonó la escena y, con una frialdad escalofriante, volvió a su puesto de vigilancia como si nada hubiera pasado.
Ahora, De la Cruz Adbrincola será presentado ante el Ministerio Público para los procesos judiciales correspondientes, mientras las autoridades continúan profundizando las investigaciones en torno al caso.
Dolor en la comunidad
La muerte de Iliana Marte de Báez ha dejado un vacío entre sus familiares, vecinos y el círculo empresarial al que pertenecía. Era conocida como una mujer trabajadora, dedicada a su comunidad y muy apreciada por quienes la rodeaban.
Este trágico hecho no solo enluta a una familia, sino que ha encendido las alarmas sobre la seguridad y los protocolos de contratación de personal en residenciales privados. La sociedad clama por justicia para Iliana, esperando que el caso se resuelva con la transparencia y firmeza que merece.