A poco tiempo de entrar a la celebración del Día de los Padres, que se conmemora el el país el último domingo de julio, el flujo de personas comprando obsequios en los centros comerciales del Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo es bajo.
Como ha sido costumbre en años anteriores, esta festividad no genera el mismo dinamismo comercial que otras fechas importantes. Este año, la situación se ve aún más eclipsada por la cercanía del inicio del año escolar.
En los pasillos de tiendas y supermercados se observa un mayor movimiento en la compra de útiles escolares, como cuadernos, lápices, mochilas, medias y zapatos.
De acuerdo a Scharazade Rodríguez en el Listin Diario, las principales compradoras son mujeres que, al parecer, priorizan los gastos escolares por encima de los detalles para los padres.
“Yo estoy aquí comprando los útiles, no vine a comprarle a mi esposo”, expresó entre risas una señora que prefirió mantener el anonimato. Las cajas registradoras apenas procesaban artículos relacionados con la festividad.
“¿Y quién le regala a los padres?”, exclamó un hombre a lo lejos mientras observaba a otros clientes salir con bolsas cargadas de útiles escolares.
En un recorrido para constatar el ambiente, fue evidente que, a pesar de que algunas prendas masculinas contaban con descuentos, el interés del público era escaso.
Los visitantes miraban, pero rara vez tomaban algún artículo.
Santos Acosta, quien se encontraba a las afueras de una tienda, atribuyó el bajo volumen de compras a la situación económica.
“Aunque quieran, no pueden; la cosa está mala”, señaló, mientras dos vendedores ambulantes intentaban sin éxito ofrecer correas y carteras para hombres.
El personal encargado de vigilar la entrada y salida de clientes coincidió en que las ventas han estado flojas, aunque expresaron esperanza de que el panorama mejore el domingo, día en que se celebra la efeméride.
LA HISTORIA SE REPITE
Cada año, la celebración del Día de los Padres se caracteriza por un bajo consumo, muy por debajo de lo que suele ocurrir con el Día de las Madres. Reportajes anteriores de este medio ya habían observado una falta de entusiasmo comercial en años pasados para esta misma fecha.
No obstante, entre la apatía general, se avistaban algunas excepciones. En uno de los pasillos, una señora revisaba con entusiasmo un poloché blanco con franjas negras.
“¿Cree que le quede a un papá joven? Se lo voy a comprar a mi esposo”, comentó, decidida a sorprenderlo con un pequeño detalle el domingo.