
Aymara Nieto Muñoz, reconocida opositora cubana y miembro del grupo disidente Damas de Blanco, fue forzada a salir de Cuba rumbo a República Dominicana este lunes, después de haber permanecido encarcelada por más de ocho años. Su partida se produjo bajo una directiva explícita: “o presa o salida del país”, según denunciaron familiares y organizaciones defensoras de derechos humanos.
Un traslado abrupto y sin despedida
Nieto fue sacada directamente de la Prisión de Trabajos Forzosos Bella Delicia, en La Habana, y conducida al aeropuerto sin poder regresar a su hogar ni despedirse de toda su familia. En el operativo también se bloqueó la comunicación con sus allegados.
Finalmente aterrizó en Santo Domingo acompañada por su esposo, el también ex preso político Ismael Boris Reñí, y dos de sus hijas menores. Sin embargo, su hija mayor permaneció en Cuba, ya que las autoridades impidieron el reencuentro.
Un caso simbólico de represión sistemática
Organizaciones de derechos humanos denunciaron que esta medida de exilio fue un condicionamiento: la libertad de Nieto estaba supeditada a su salida definitiva del país, una estrategia que vulnera normas internacionales.
Este episodio se inscribe dentro de una política de represión sistemática contra opositores, activistas y periodistas en Cuba. Figuras como Anamely Ramos y Carolina Barrero también han sido víctimas de expulsiones forzadas o restricciones de retorno, lo que perfila una tendencia autoritaria contra la disidencia civil.
Antecedentes judiciales
La historia de Aymara Nieto refleja una cadena de condenas y abusos judiciales:
- Fue inicialmente sentenciada en 2015 y arrestada de forma violenta en 2018.
- En 2022 recibió una segunda condena de cinco años y cuatro meses por supuestos “desórdenes en establecimiento penitenciario”, vinculados a un motín en la cárcel femenina de Guatao en 2020.
- Antes de esa condena, estaba cerca de cumplir una sentencia de cuatro años por “atentado” y “daños”.
Desde su detención inicial, acumuló casi una década de privación de libertad.
Afectaciones físicas, emocionales y familiares
Durante su encarcelamiento, Nieto padeció depresión, hipertensión arterial, dengue y fue trasladada a más de 600 kilómetros de su familia, lo que le impidió ver a sus hijas menores durante años. En 2022, su esposo denunció que no recibía tratamiento médico adecuado para controlar su presión arterial en el penal de El Guatao.
Voces en defensa y denuncia internacional
La periodista independiente Yoani Sánchez calificó el caso como una muestra evidente de la política represiva del régimen cubano contra quienes se atreven a cuestionarlo.
Por su parte, la activista María Regla Castro afirmó que lo ocurrido “no tiene otro nombre que el destierro”, reafirmando el carácter forzoso e inconstitucional de la expulsión.