
Las estafas en línea y telefónicas han evolucionado, volviéndose cada vez más sofisticadas. Lejos de ser simples correos electrónicos, los delincuentes ahora utilizan nuevas tecnologías para engañar a sus víctimas, aprovechándose de la inteligencia artificial y la desinformación.
El peligro de la inteligencia artificial y el vishing
Una de las tendencias más preocupantes es el vishing, una forma de phishing que utiliza la voz (voice phishing). En esta modalidad, los estafadores realizan llamadas telefónicas tradicionales, haciéndose pasar por representantes de instituciones financieras o empresas. A menudo, el número de teléfono que aparece en la pantalla es legítimo, lo que aumenta la credibilidad de la llamada.
Un caso recurrente en la República Dominicana es el de estafadores que se ponen en contacto con las víctimas para «aprobarles» un préstamo. Para «bloquear» la transacción o cubrir «gastos de cierre», exigen una transferencia bancaria a una cuenta que, a menudo, no está a nombre de la supuesta institución. Aunque la lógica nos dice que un banco no pediría una transferencia a una cuenta personal, el engaño está en la manipulación psicológica.
Redes de estafas y el caso de los envejecientes
Recientemente, una red de estafadores fue desarticulada en Nueva York y la República Dominicana por defraudar a personas mayores. Estos delincuentes llamaban a personas entre 65 y 85 años, haciéndose pasar por familiares en apuros, como un hijo o sobrino que había sufrido un accidente y necesitaba dinero con urgencia. Los estafadores operaban en grupos, con roles específicos: uno hacía el contacto inicial, otro simulaba ser una autoridad (policía o abogado) para darle credibilidad al escenario, y un tercero ejercía presión para que la víctima entregara el dinero.
Un dato interesante es que el servicio de viajes Uber fue clave para desmantelar la operación. Los estafadores utilizaban la aplicación para enviar a conductores a recoger dinero o paquetes en las casas de los envejecientes. Los patrones inusuales en los viajes levantaron sospechas en la empresa, que alertó a las autoridades.
La lucha contra el cibercrimen y la necesidad de legislación
El aumento de estas estafas, impulsado por el avance de la tecnología, plantea un serio desafío para la justicia. Expertos señalan que el código penal actual no contempla adecuadamente estos nuevos delitos. Es urgente que el Estado, a través del poder legislativo y judicial, actualice las leyes para poder enfrentar la criminalidad cibernética.
Además de las leyes, la educación es fundamental. Es crucial enseñar a la población, especialmente a los adultos mayores, a desconfiar de llamadas y mensajes sospechosos. Expertos sugieren establecer una «palabra clave» con familiares para verificar la identidad en casos de emergencia, ya que la inteligencia artificial ya permite replicar la voz y el video de una persona. La OIT ha señalado que las estafas por phishing han aumentado más del 10,000 % en los últimos 18 meses, lo que subraya la necesidad de una respuesta proactiva.
Un llamado a la precaución
Mientras las leyes se adaptan a esta nueva realidad, la mejor defensa es la precaución. Es vital dudar siempre de las solicitudes de dinero, no compartir información personal con extraños y verificar la identidad de quien llama o contacta. Los delincuentes no se detienen, y su creatividad crece a la par de la tecnología.