
La crisis eléctrica en la República Dominicana no es un fenómeno nuevo, sino un problema recurrente que ha afectado a la población durante décadas, generando frustración, protestas y pérdidas económicas. Aunque la promesa de estabilidad eléctrica ha sido un tema constante en los discursos políticos, la realidad de los apagones sigue marcando el día a día de miles de ciudadanos.
Desde las prolongadas interrupciones de 2008 y 2009 hasta la más reciente «crisis» de 2018, la historia se repite. Factores como la falta de combustibles, el déficit de generación y las averías en plantas han provocado una situación de inestabilidad que parece no tener fin, reavivando las quejas y protestas a nivel nacional.
2008: un año de protestas y largas horas sin luz
Entre mayo y noviembre de 2008, los apagones eran una constante en el país. El descontento de la ciudadanía era evidente, con quejas que iban desde la capital hasta las provincias del interior.
En julio de ese año, las protestas se intensificaron, especialmente en el Cibao. Más de 14 provincias, incluyendo Santiago, Hermanas Mirabal y San Francisco de Macorís, pasaron entre 10 y 18 horas sin electricidad. Los residentes, en señal de protesta, incendiaron neumáticos y destruyeron bombillos y contadores.
Según archivos periodísticos de la época, la luz se iba y venía en horarios impredecibles, a menudo ausentándose desde la mañana hasta la noche. Los residentes se quejaban de la interrupción constante del servicio, lo que generaba un estrés adicional a su vida diaria.
2018 y la promesa de Punta Catalina
Una década después, en 2018, el país experimentó otra crisis energética. La Asociación Dominicana de Industrias Eléctricas (ADIE) reportó un total de 52.62 días de apagones en ese año.
La esperanza de poner fin a esta situación se depositó en la Central Termoeléctrica Punta Catalina, que fue encendida por primera vez ese año. Se prometió que su operación estabilizaría el sistema eléctrico y acabaría con los apagones. Sin embargo, la historia ha demostrado ser más compleja.
Cronología reciente de los apagones (agosto de 2025)
A pesar de las promesas, el problema persiste. La reciente salida de operación de Punta Catalina, sumada a problemas en otras plantas generadoras, ha provocado una ola de reclamos en todo el país.
El 14 de agosto se viralizaron videos de protestas en Bonao, Licey al Medio, Gaspar Hernández y Río San Juan. El 20 de agosto se realizó una marcha pacífica en Santiago Rodríguez y esa misma noche, residentes de Puerto Plata y San Francisco de Macorís protestaron encendiendo gomas. Durante el pasado fin de semana, periodistas de Listín Diario reportaron restos de neumáticos incendiados y troncos que obstaculizaban la vía en Oviedo, Pedernales. El 21 de agosto, residentes de Santo Domingo Norte y Santo Domingo Este se quejaron de las noches de calor «interminables» sin luz; Paula Salcedo, residente del Residencial Amarilis, describió la fluctuación eléctrica como un «arbolito de Navidad». El 22 de agosto, Sandra Medina, de Santo Domingo Norte, afirmó ver una leve mejoría en el servicio, pero destacó los cortes previos que duraban horas, dañando electrodomésticos.
Causas y posibles soluciones
El presidente Luis Abinader ha señalado que dos factores principales han exacerbado la situación: el retraso en la entrada de 600 nuevos megavatios al sistema y la presencia de sargazo que ha afectado la operación de la planta termoeléctrica. A estas causas se suman las averías y el aumento de la demanda en los calurosos meses de verano.
Celso Marranzini, presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), ha prometido que el problema estará «subsanado completamente» para finales de este año. Sin embargo, la paciencia de la población se ago