
Imagen ilustrativa - Ensegundos.do
Una de las grandes preguntas de la ciencia es cómo apareció la vida en la Tierra y de dónde provino el agua que cubre gran parte del planeta. Un reciente descubrimiento relacionado con el cometa 12P/Pons-Brooks, conocido como el “Cometa Diablo”, reaviva este debate y ofrece evidencias sólidas a favor de la hipótesis de que algunos cometas pudieron haber transportado agua a la Tierra primitiva.
El hallazgo científico
Un equipo de investigadores liderado por los astrofísicos de la NASA Martin Cordiner y Stefanie Milam logró medir con una precisión inédita la proporción entre agua ordinaria (H?O) y agua pesada (HDO) en la coma del cometa.
Los resultados, publicados en Nature Astronomy, muestran que la firma isotópica del agua de 12P/Pons-Brooks es prácticamente idéntica a la del agua terrestre. Este dato rompe con la tendencia de estudios previos en otros cometas tipo Halley, donde la proporción deuterio-hidrógeno (D/H) era significativamente distinta.
La coincidencia abre la posibilidad de que los océanos terrestres se hayan formado, al menos en parte, gracias a impactos de cometas que transportaban agua y moléculas orgánicas esenciales para la habitabilidad.
El cometa 12P/Pons-Brooks
El 12P/Pons-Brooks es un cometa periódico de tipo Halley que orbita alrededor del Sol cada 71 años. Se hizo conocido como el “Cometa Diablo” tras una erupción en 2023 que le dio un aspecto con forma de cuernos, aunque también es apodado “Halcón Milenario” por su parecido con la nave de Star Wars.
Detrás de estos sobrenombres se esconde un objeto de gran relevancia científica: su núcleo, de unos 35 kilómetros de diámetro y compuesto por roca, polvo y hielos, conserva materiales del origen del sistema solar, hace 4.500 millones de años.
Cómo se realizó el estudio
El avance fue posible gracias al uso combinado de dos instrumentos de vanguardia:
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El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en Chile.
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El Telescopio Infrarrojo de la NASA (IRTF) en Hawái.
ALMA permitió detectar la señal del agua pesada en las regiones internas de la coma, algo que nunca antes se había conseguido en un cometa de este tipo. La proporción D/H registrada alcanzó un valor de (1,71 ± 0,44) × 10??, el más bajo medido en un cometa de esta clase y prácticamente idéntico al del agua de los océanos.
Implicaciones para la ciencia
El hallazgo representa un punto de inflexión en el estudio del origen del agua terrestre:
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Refuerza la hipótesis de que algunos cometas transportaron agua y compuestos orgánicos esenciales hacia la Tierra primitiva.
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Abre la posibilidad de comparar firmas isotópicas en otros cometas, lo que podría confirmar un patrón consistente.
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Plantea la necesidad de futuras misiones espaciales capaces de recoger muestras directas de núcleos cometarios para su análisis en laboratorio.
Mirando hacia el futuro
El “Cometa Diablo” seguirá siendo objeto de observación en los próximos años. Será visible desde la Tierra en 2024 y 2025, lo que permitirá a los científicos obtener nuevas mediciones a medida que se acerque al Sol.
Cada paso en este tipo de investigaciones no solo amplía el conocimiento sobre la formación del sistema solar, sino que también ayuda a responder preguntas fundamentales: cómo se originó el agua en la Tierra y cuál fue el papel de los cometas en la aparición de la vida.