
Lo que debería haber sido recordado como uno de los partidos más emocionantes de la AmeriCup 2025 terminó en caos.
El domingo por la noche en Managua, Nicaragua, República Dominicana superó a Argentina 84-83 en tiempo extra, pero la bocina final desató una pelea que dejó a los jugadores ensangrentados, reputaciones manchadas y a la FIBA ??preparando medidas disciplinarias.
El encuentro fue intenso de principio a fin. Ambos equipos intercambiaron golpes en el tiempo reglamentario antes de forzar la prórroga, donde República Dominicana se alzó con la victoria por un punto. Pero las emociones se prolongaron más allá del pitido final.
Mientras los jugadores se alineaban para estrecharse la mano, se desató un forcejeo cerca de la mitad de la cancha. En cuestión de segundos, los puños volaban. El delantero dominicano David Jones-García, quien había sido uno de los jugadores más destacados del partido, fue visto cruzando la línea de fondo y propinándole un puñetazo a un jugador argentino.
Del otro lado, el pívot argentino Gonzalo Bressan abandonó la cancha con sangre visible en el rostro, mientras sus compañeros intentaban desesperadamente restablecer el orden. La pelea duró menos de un minuto, pero dejó una huella imborrable.
Las imágenes que circulan en línea muestran múltiples ángulos de la pelea, incluyendo un video donde un jugador argentino parece haber iniciado contacto con Jones-García antes de que la tensión se intensificara. Aun así, el base de los Spurs podría enfrentar una suspensión por intensificar el altercado con su puñetazo de represalia.
Esta no es la primera vez que las tensiones entre estas dos naciones del baloncesto se intensifican. En 2023, durante la clasificación para el Mundial, República Dominicana sorprendió a Argentina en Buenos Aires, remontando una desventaja de 17 puntos y eliminando a la Albiceleste de la contienda. Esa derrota sigue siendo una de las más dolorosas de Argentina en la historia reciente, y la rivalidad no ha hecho más que agudizarse desde entonces.
La batalla del domingo trajo ecos de esa historia. Argentina, dirigida por Pablo Prigioni, luchó con valentía a pesar de las lesiones y la rotación de la plantilla. Pero una vez más, República Dominicana se impuso, alimentando las frustraciones que parecieron extenderse directamente a la pelea posterior al partido.
Se espera que la FIBA ??publique pronto un comunicado, con probables sanciones para jugadores de ambos equipos. La organización ha sido clara en el pasado sobre la lucha contra la conducta antideportiva, especialmente en torneos internacionales donde las emociones están a flor de piel.
Mientras tanto, Argentina debe reorganizarse rápidamente para su próximo partido del Grupo C contra Colombia. República Dominicana, impulsada por dos victorias consecutivas, avanzará con confianza, aunque la inminente amenaza de suspensiones podría alterar su ritmo.
Para ambos equipos, el desafío ahora es pasar página y volver a centrarse en el baloncesto, porque en la AmeriCup lo que está en juego es cada vez mayor.