
Estados Unidos acusa al presidente Nicolás Maduro de encabezar una organización narcoterrorista: el cartel de los Soles. Su nombre hace referencia a una insignia de los militares de Venezuela, señalados también de integrar esta banda que, según expertos, no existe.
El chavismo tenía pocos años en el poder cuando comenzaron los señalamientos de vínculos con el narco. Ahora Estados Unidos -que considera ilegítimo a Maduro- anunció sanciones contra esta supuesta banda y elevó a 50 millones de dólares la recompensa por la captura del gobernante izquierdista.
Maduro niega cualquier nexo con el negocio de la droga, aunque dos sobrinos de su esposa fueron condenados en Nueva York por tráfico de cocaína.
Y se enfoca en denunciar un intento de invasión estadounidense, hipótesis que alimenta con anuncios desde Washington sobre el desplazamiento de cinco buques de guerra y unos 4.000 marines hacia el Caribe sur, cerca de las aguas territoriales de Venezuela.
– ¿Qué dice Estados Unidos? –
La administración Trump emitió en julio sanciones financieras contra el cartel de los Soles y la declaró entidad terrorista. «Proporciona apoyo material a organizaciones terroristas extranjeras que amenazan la paz y la seguridad de Estados Unidos», afirmó en la declaración.
Se refirió concretamente al peligroso cartel mexicano de Sinaloa y a la banda de origen venezolano Tren de Aragua. Al anunciar la nueva recompensa por la captura de Maduro, el 7 de agosto, el Departamento de Estado asoció al presidente venezolano con la extinta guerrilla de las FARC y sus actuales disidencias.
La oposición liderada por María Corina Machado apoya esta declaración contra el «sistema criminal» de Maduro.
No obstante, en el último informe del Departamento de Estado sobre operaciones antidrogas en el mundo -publicado en marzo- no hay ninguna mención al cartel de los Soles ni se relaciona a Maduro directamente con narcotráfico.
Los Soles «es la excusa ficticia de la extrema derecha para derribar gobiernos que no les obedecen», escribió el presidente colombiano Gustavo Petro, más cercano a Maduro que a Trump.
Washington desconoce la reelección de Maduro en julio de 2024, cuando la oposición asegura se robó las elecciones.
– Entonces, ¿existe? –
«No existe tal cosa, así que difícilmente Maduro puede ser su jefe», responde Phil Gunson, analista de Crisis Group. «Es un cuento».
«No cabe duda de que haya complicidad entre individuos vinculados al poder y el crimen organizado», añade. «Pero evidencias directas incontrovertibles no han sido presentadas nunca» de una organización como las de México o Colombia con una jerarquía.
El término cartel de los Soles fue acuñado de hecho en la prensa en 1993, seis años antes de la llegada de Hugo Chávez al poder. Fue un caso de dos generales investigados por narcotráfico, indica el portal Insight Crime.
Las presillas de los generales venezolanos se distinguen con un sol dorado, que aumenta en número a medida que sube el rango.
Insight indicó que el nombre cobró más notoriedad a medida que surgían denuncias de supuestos vínculos de miembros del gobierno, como el poderoso ministro del Interior Diosdado Cabello, y de la Fuerza Armada con grupos guerrilleros para permitir el tránsito de droga por el territorio venezolano con protección de los militares.
– ¿Una excusa para invadir? –
Estados Unidos -que invadió Granada en 1983 y Panamá en 1989- insiste en que su objetivo en el Caribe es el narcotráfico.
No ha interrumpido por ejemplo los envíos petroleros de Chevron a sus puertos, o los vuelos de deportación de venezolanos.
Maduro, no obstante, abrió el registro de la Milicia Bolivariana, un componente castrense integrado por civiles que exhiben una alta carga ideológica.
Según Maduro, Venezuela tiene ya unos 4,5 millones de reservistas para hacer frente a «cualquier amenaza», una cifra cuestionada por expertos.
No está claro cuándo o a dónde llegarán los buques, pero el tema de la invasión surge en las calles de Venezuela, entre bromas, preocupación, incredulidad y esperanzas de alguno que otro opositor.
No obstante, analistas ven igualmente lejano este escenario. «Si el gobierno Trump realmente quisiera provocar un cambio de régimen» apostaría por una «acción sorpresa», señala Mariano de Alba, especialista en geopolítica basado en Londres.