
Las autoridades de Sudán, Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias se movilizaron este martes para ayudar a una aldea aislada del oeste de Sudán, donde un alud de tierra provocado por lluvias torrenciales causó cientos de muertos, según la ONU.
El desastre ocurrió el domingo después de varios días de intensas lluvias y devastó la aldea de Tarasin, en la zona de Jebel Marra, informó un grupo armado local, el Movimiento de Liberación de Sudán (MLS), en un comunicado el lunes.
«Fuentes locales indican que entre 300 y 1.000 personas podrían haber perdido la vida», informó en un comunicado el coordinador de la ONU en Sudán, Luca Renda, asegurando que la organización se estaba movilizando junto con sus socios humanitarios para «proporcionar apoyo a la población».
«Es difícil evaluar los daños o confirmar el número exacto de muertos, ya que la zona es muy difícil de acceder», subrayó Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en una rueda de prensa en Nueva York.
El lunes por la noche, el grupo armado que controla la zona informó de «un millar de muertos» y pidió ayuda a la ONU y otras organizaciones humanitarias para recuperar los cadáveres.
«La información inicial indica la muerte de todos los habitantes de la aldea, estimados en más de mil personas, con solo un sobreviviente», dijo el grupo, calificando el deslizamiento de tierra como «masivo y devastador».
– Capa de lodo –
El único superviviente «sufre múltiples fracturas en las piernas y una herida en la cabeza, y se encuentra en coma», según Fath al Rahman Ali Abdul Nur, hijo del fundador de la aldea de Tarasin, contactado por AFP en Uganda.
Imágenes publicadas por el movimiento muestran la aldea sepultada bajo una gruesa capa de lodo, árboles arrancados de raíz y vigas destrozadas.
«Masas de lodo cayeron sobre la aldea. Nuestros equipos humanitarios y los residentes están intentando recuperar los cuerpos, pero la magnitud del desastre es mucho mayor que los recursos de los que disponemos», declaró el líder del MLS, Abdulwahid al Nur.
Sudán está inmerso en una sangrienta guerra civil desde hace tres años entre el ejército regular y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que hundió al país africano en una de las peores crisis humanitarias del mundo, con hambruna en partes de Darfur.
El MLS se ha mantenido generalmente fuera de los combates, aunque controla algunas zonas montañosas del país.
El gobernador de Darfur, Minni Minnawi, alineado con el ejército, calificó el deslizamiento como una «tragedia humanitaria que trasciende las fronteras de la región».
– Crisis de hambre –
Gran parte de Darfur permanece inaccesible a las organizaciones internacionales de ayuda, incluso la zona del deslizamiento, debido a los combates, lo que limita la entrega de ayuda humanitaria.
La guerra estalló en Sudán en abril de 2023 por una lucha de poder entre el jefe del ejército, Abdel Fatah al Burhan, y el comandante de las FAR, su exsubalterno Mohamed Hamdan Daglo.
Las fuerzas de Burhan retomaron este año el control del centro de Sudán, dejando a las FAR en control de gran parte de Darfur y partes de la región sureña de Kordofan.
Decenas de miles de personas han muerto en los combates, que han forzado el desplazamiento de millones más.
Centenares de personas han muerto en los últimos meses con el repunte de los ataques de las FAR en el estado de Darfur del Norte.
Unas 10 millones de personas están desplazadas dentro de Sudán y otras cuatro millones han huido a países vecinos, según la ONU.