
Los científicos están pendientes de una tormenta solar que podría intensificarse en las próximas horas y generar tormentas geomagnéticas moderadas o fuertes entre este lunes 1 de septiembre y el martes 2 de septiembre.
El origen del fenómeno está en una fulguración solar de clase M2.7, registrada en la región activa AR 4199. Este estallido, descrito como una liberación de energía electromagnética en la atmósfera del Sol, lanzó al espacio una eyección de masa coronal (CME) que se dirige hacia la Tierra.
De acuerdo con las previsiones del Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA (SWPC), el impacto está previsto para el 1 de septiembre en torno a las 20:00 UTC.
Las CMEs son grandes expulsiones de plasma y campos magnéticos solares que, al interactuar con la magnetosfera terrestre, pueden originar tormentas geomagnéticas de distinta intensidad.
Auroras boreales más allá de lo habitual
La llegada de esta perturbación podría provocar que las auroras boreales se observen en latitudes más bajas de lo habitual durante las noches del lunes y martes. En función de la fuerza del evento, el fenómeno podría ser visible en zonas situadas considerablemente más al sur de lo que suele ser común.
Aunque la fulguración no alcanzó los niveles más altos de la escala -que va desde la categoría A (más débil) hasta la X (más fuerte)-, el episodio ha sido suficiente para generar una CME bien dirigida hacia la Tierra.
De acuerdo con la NOAA, la tormenta geomagnética permitirá que las auroras se desplacen hacia latitudes más bajas de lo habitual, aunque no alcanzarán a ser visibles desde España. En cambio, millones de personas en el norte de Estados Unidos podrán contemplarlas.