
Raquel de la Cruz vivió una angustiante espera de 24 horas antes de conseguir una cama en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para un familiar que sufrió un accidente cerebrovascular. A pesar de que los médicos determinaron que el paciente necesitaba atención inmediata en UCI, no había camas disponibles, y la persona debió permanecer en una camilla del 9-1-1 hasta que finalmente se liberó un espacio.
Las UCI son áreas hospitalarias especializadas destinadas a pacientes críticos, con riesgo de muerte o que requieren soporte vital continuo. Sin embargo, el acceso a estas unidades no siempre es uniforme.
Para Daniela Ortiz y su esposo José, quienes enfrenta problemas cardíacos, la experiencia ha sido diferente. En su centro de atención habitual, siempre logran ingreso en UCI, debido a que el personal médico ya conoce el caso. “Si no hay camas disponibles, nos permiten permanecer en emergencias hasta que se desocupe una”, explicó Ortiz.
En contraste, Darío Ortega relató que su madre ingresó rápidamente a la UCI de un hospital privado en la capital, gracias a contactos que facilitaron el proceso.
Limitaciones en la red hospitalaria
De acuerdo a Paola Wisky en el Diario Libre, representantes del sector salud señalan que el déficit de camas en UCI no es un problema reciente, y se debe tanto a limitaciones económicas como al elevado número de accidentes que requieren atención intensiva.
“La mayoría de los pacientes accidentados necesitan ingreso prolongado en UCI, lo que limita la disponibilidad de camas para otros casos críticos”, indicó Rosa Alonzo, presidenta de la Sociedad Dominicana de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos (Sodemecu).
Alonzo anunció que se estudian medidas para identificar regiones con mayor déficit de camas, mejorar la calidad de los servicios y reforzar el personal especializado.
Por su parte, el neurocirujano e intensivista Hubiel López, del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), aseguró que entre un 10 y 20 % de las camas hospitalarias deben estar destinadas a terapia intensiva para garantizar cobertura ante complicaciones graves.
Estas unidades pueden ser monovalentes, enfocadas en una especialidad, o polivalentes, que atienden diversas áreas médicas.
Costos de la atención en UCI
El acceso a las UCI también se ve afectado por los altos costos de internamiento, tanto en el sector público como en el privado.
“Aunque se han inaugurado nuevas unidades, los pacientes sin recursos económicos para una UCI privada muchas veces deben esperar en emergencias hasta que se libere un espacio”, afirmó Alonzo.
El costo diario de ingreso varía según el estado del paciente, los tratamientos y los estudios necesarios. Según estimaciones de Alonzo, una cama en UCI puede costar alrededor de 100.000 pesos diarios, mientras que en hospitales traumatológicos del Servicio Nacional de Salud (SNS) puede alcanzar hasta 200.000 pesos.
López coincidió en que el valor responde al nivel de atención y la tecnología requerida, afirmando que “intensivo es caro porque garantiza detalle y calidad”.
La situación de las UCI en la red pública
El director del SNS, Mario Lama, explicó que la demanda de camas en UCI públicas ha aumentado debido a la expansión de la red hospitalaria y la confianza de la población en los hospitales.
“En las UCI pediátricas tenemos más de un 120 % de ocupación en comparación con agosto de 2020”, indicó Lama.
Actualmente, según datos del SNS, la red pública dispone de:
- 409 camas UCI para adultos
- 106 para pediatría
- 400 para neonatos
Para cubrir adecuadamente a la población priorizada de siete millones de personas, se estima que se requieren entre 350 y 700 camas de UCI. Para toda la población estimada del país (11 millones), el sector público y privado juntos deberían contar con entre 600 y 1.100 camas.