
Silvia Sosa no ve “la vida de color de rosas”. A sus 80 años, lo que enfrenta es una batalla diaria contra la pobreza y la soledad. Su refugio es una pequeña casita de madera, en el sector Batey Estrella, de Los Guaricanos, municipio Santo Domingo Norte, cubierta con planchas oxidadas de zinc y pedazos de sábanas viejas que apenas intentan, sin éxito, protegerla de la lluvia.
“Es batallando aquí, no tengo ayuda, no tengo quien hable por mí”, expresó la anciana ante periodistas de Hoy Digital durante la serie especial «Hoy en tu barrio», reflejando en su rostro la angustia que la embarga, mientras espera una mano amiga que le ayude a sobrellevar su carga.
«Mire mi casita cómo está, que me mojo. El zinc no sirve. Yo quiero una ayudita, antes de partir de aquí de la tierra. Quiero que me ayuden en mi casa, de por Dios, que no tengo a nadie que me ayude», elevó Silvia su ruego desgarrador.
El articulo de Ninoska Cuevas en el periodico HOY, detalla que la mujer, privada de una estufa y un tanque de gas, prepara los alimentos que le donan los vecinos sobre un fogón improvisado, bajo el candente sol y rodeada de una pila de desechos, convirtiendo así cada comida en un riesgo.
«Me estoy quemando los ojos… Yo quiero que se me dé una ayudita, aunque sea para yo poder cocinar, para no hacerlo afuera, porque cuando llueve me mojo», pronunció.
Asimismo, Silvia Sosa narra que en su humilde hogar, el calor la asfixia y apenas cuenta con una letrina deteriorada para verter sus necesidades.
«Míreme cómo es que estoy: sudando con este calor. No tengo abanico.
Una señora fue que me hizo el favor de decirme: no se apure que, le voy a poner un chin de luz, porque yo veo que no tiene aparatos que jalen ni nada», manifestó.
Un llamado a Betty Gerónimo
Con la esperanza de ser escuchada y la voz cargada de emoción, doña Silvia extendió su súplica hasta Betty Gerónimo, alcaldesa del municipio Santo Domingo Norte, a quien le confesó su profundo deseo de verla antes de morir.
«Yo quiero que usted me dé una ayuda Betty… Yo quiero ver a Betty antes de morirme, porque ya yo voy para abajo casi», imploró la dama.
Los vecinos quieren ayudarla, pero no pueden…
Una de sus vecinas, identificada como Santa Margarita Carmona, también levantó su voz, clamando a las autoridades y a cualquier mano amiga que acuda en auxilio de Silvia.
«Tiene como 56 años viviendo aquí, no tiene hijos, no tiene a nadie que le ayude, simplemente vive de los vecinos y de su tarjeta que le dio el Gobierno. Todos pedimos una ayuda para ella, que le ayuden a arreglar su casita, que está en mal estado», clamó la lugareña del sector Batey Estrella, en Los Guaricanos.
Margarita también destaca que, a pesar de su avanzada edad, Silvia barre los patios de las casas de los demás vecinos, con el fin de ganarse lo poco que ellos le dan y no sentirse una carga.
«En ocasiones yo tengo que ayudarla, incluso ella hasta barre el patio y uno la ayuda con su 100 o su 500 pesos, cuando lo hay, claro está, porque también somos pobres y todo el mundo tiene su compromiso», precisó la vecina.
De su lado, Estefanía Sosa añadió: «Yo misma no tengo quien me dé tampoco. El hijo mío es que me da, cuando tiene su trabajito; y de eso, a veces le digo: tenga para el café«.
Además, Sosa señaló que, a causa de cocinar en el fogón, la anciana ya está presentando problemas pulmonares.
«El fogón ya le está haciendo daño a ella en los pulmones, como es una señora mayor. El Gobierno que le dé una ayudita a ella para la casa, el baño, que está muy deteriorado, con un mal olor que no se aguanta», suplicó.