
El proyecto tiene condiciones para elevar a un sitial sin precedentes a un género tan exigente y con tal potencial de atractivo. Se estrena dos de octubre
Sin haberla visto completa, nada impide establecer que Baño de mujeres (Frank Perozo) lleva el género de terror en el sitial más alto que se haya registrado en el país, superando en mucho los cinco títulos de esta expresión fílmica que hemos conocido desde 2005.
Es imposible calificar la producción porque simplemente no ha sido proyectada aún. Para una crítica, hay que esperar el jueves dos de octubre. Nadie está proclamando que, como obra final, sea buena o mala. Hay que esperar al dos de octubre.
Pero mientras, hay información ofrecida en el encuentro con medios en que se proyectó un adelanto de 7 minutos y un fuera de cámara, que indica que se ha apostado con todo lo posible para que tenga el éxito que establezca el terror como género capaz de movilizar a la gente. Solo faltaría la decisión final del público frente a la boletería.
El proyecto tiene condiciones que acarician esperanzas y que no se habían tenido antes para un género tan demandante en cuanto a su realización con estándares internacionales, de tanto atractivo de taquilla: una selección de actores de experiencia probada, casi todos provenientes del teatro o el cine.
La relación de intérpretes es promisoria.
Se optó en esencia por la opción actoral definitiva, actores y actrices de teatro y cine y algunos actores naturales con probada capacidad: Judith Rodríguez, Pepe Sierra, Gracielina Oliveros, Karen Yapoort, Pepe Sierra, Lucitania Suero, Ramón Candelario, Juan Carlos Pichardo, Mario Lebrón, Orestes Amador y el maestro teatral Arturo López, Brea Frank, Marta González, Nelfa Núñez, Orestes Amador, Daniel Luciano, Arturo López y Sarine Feliz.
De todos ellos, es debutante como protagonista la joven actriz Lucitania Suero y da la impresión de estar ante el inicio de una gran carrera. Especulación si, pero es la impresión que produce.
Hay en el elenco dos estrellas de México: Altair Jarabo (Me importas tú… y tú (2009), Volando bajo (2014), A la mala (2015) y Cómplices (2018), además de sus papeles en 22 telenovelas) y Angelique Burgos, de Puerto Rico (La Maravilla (2019), Al revés (2023) y Diario, Mujer y Café (2025)).
La banda de música a cargo del musicalizador canadiense, ingeniería de sonido y musicalización, a cargo del compositor canadiense Mario Sévigny, quien recibió dos premios de 5 nominaciones en 2020 por la música de «Beans» (2020), compositor de la banda sonora de películas y series de televisión: Arctic Blast, Black Swarm (TV), The Sacrifice Game, Les Boys III y Mohawk Girls (TV Series).
Sévigny es conocido principalmente por su trabajo como compositor de bandas sonoras y su música ha sido destacada por su atmósfera y estilo, como se menciona en las reseñas de la banda sonora de «The Sacrifice Game».

A ello se agrega la actuación en el rol antagónico de Frank Perozo, como Rata, quien tuvo que aumentar más de 30 libras para dar la caracterización adecuada de un asesino psicópata; se dejó el pelo largo, estudió durante meses sus parlamentos para meterse en la piel de su personaje, produciendo una imagen –en lo que se pudo ver del pasaje adelantado de la película– que parece ser una de las mejores caracterizaciones de su carrera. Se siente temible y cruelmente arrollador.
Los efectos visuales y especiales, que resultan fundamentales, sobre todo en postproducción —la etapa en que toman cuerpo las películas de terror—, se han realizado por especialistas españoles y dominicanos, procurando el nivel internacional de estas películas.
Se añade a los factores de producción la dirección de arte de Giselle Madera, quien ha participado en proyectos de teatro y películas desde hace 20 años y que ha entregado su talento en series internacionales (Are You Afraid of the Dark?, The Resort y The Longsong, para BBC), habiendo ganado Mejor Diseño de Producción y Mejor Dirección de Arte por Freddy, Candela, Veneno Episodio 1, entre otros.
Frank Perozo, en la dirección, ha tenido que alejarse de la comedia para reorientarse y parece que ha logrado un buen producto, pero desde luego, hay que verla para poder ratificar estas interpretaciones.
Y se cierra el marco de veleidades, con la labor de mercadeo y promoción de que está siendo objeto: una estrategia planificada, con una definición de objetivos por etapas, con la reafirmación temprana de la marca de la película y un merchandising como se hace a grandes proyectos internacionales, todo lo cual irá estableciendo en la gente ese interés por saber de qué se trata.
Y un último aspecto: la promoción boca a boca que se espera pueda desprenderse tras las primeras visualizaciones por parte de quienes acudan primero. Está todo establecido para que nos encontremos con un fenómeno: el establecimiento del cine de terror como uno de los grandes atractivos de nuestra gran pantalla. Y dicho todo esto, sin haberla visto, en base a perspectiva e intuición.
Trayecto del terror dominicano:
- Andrea (2005) (Robert Bencosme). Tuvo un éxito por un efecto inverso: la gente la tomó como comedia. Como terror, estrictamente hablando, no funcionaba.
- La casa del kilómetro 5 (Omar Javier). Una obra deficiente.
- El Hoyo del Diablo (Francisco Disla, El Indio). Un proyecto adelantado a su tiempo con una calidad decente para su época.
- La bruja (Ronny Sosa) con Orestes Amador, Hony Estrella, Guillermo Liriano, Lumy Lizardo. Una producción de Imakonos. Una obra de notable calidad, aun cuando estuviera limitada por la limitación de los recursos técnicos que demanda el género. Uno de los mejores ejemplos.https://www.youtube.com/watch?v=adhr_cZ0Hbc
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Jupía (2022, José Gómez de Vargas y Julieta Rodriguez). Escrita por Vargas, Junior Rosario y Leticia Tonos. Protagonizada por Julieta Rodríguez y David Maler. Otro paso positivo sin lugar a dudas.