
El lanzamiento del iPhone 17 no solo ha generado expectativas por sus innovaciones tecnológicas, sino también debates sobre la capacidad adquisitiva de los ciudadanos en distintas partes del mundo.
Un análisis reciente comparó cuántas horas de trabajo debe invertir un empleado promedio para poder comprar el modelo básico del dispositivo en varios países, y los resultados reflejan la desigualdad económica global.
Países donde el iPhone es casi inalcanzable
En naciones como Turquía y Brasil, donde el precio ronda los 1,400 dólares, un trabajador necesita entre 409 y 709 horas de trabajo para adquirirlo. En Argentina la situación es similar, lo que convierte al teléfono en un verdadero símbolo de lujo.
En Portugal y Hungría, la cifra desciende, pero aún es considerable: alrededor de 180 horas de trabajo son necesarias para cubrir el costo del dispositivo.
Europa occidental: más accesible
En países como Reino Unido o Alemania, la relación entre salario y precio hace que el esfuerzo sea mucho menor, aunque el costo sigue siendo alto en comparación con otras regiones.
Latinoamérica: meses de esfuerzo
En México, por ejemplo, un trabajador promedio necesita unas 350 horas de trabajo, lo que equivale a alrededor de tres meses de salario completo, siempre y cuando no tenga otros gastos que cubrir.
En República Dominicana, el panorama no es muy distinto. De acuerdo con el análisis, un empleado requiere entre 320 y 340 horas de trabajo para poder comprar el iPhone 17, lo que representa entre dos y tres meses de sueldo íntegro. Este dato confirma que, en el país, el dispositivo se percibe más como un artículo de lujo que como una herramienta de uso cotidiano.
Estados Unidos y Suiza: un contraste abismal
En contraste, en Estados Unidos bastan entre 21 y 31 horas de trabajo para adquirir el modelo base. En Suiza, la cifra es todavía más baja: apenas 17 a 26 horas. En otras palabras, en menos de una semana laboral un suizo o estadounidense puede comprar lo que a un dominicano le tomaría meses de esfuerzo.
El estudio, basado en estimaciones de precios y salarios recopilados por organismos internacionales, deja en evidencia la profunda brecha de poder adquisitivo entre países desarrollados y economías emergentes. Para muchos latinoamericanos, el iPhone 17 no solo es un dispositivo tecnológico, sino un símbolo del contraste económico que separa a las naciones.