
El gaming profesional dejó de ser un simple pasatiempo para consolidarse como una disciplina de alto rendimiento. Al igual que en el deporte tradicional, los e-sports requieren preparación física, hábitos saludables y apoyo tecnológico para garantizar carreras duraderas.
Riesgos y prevención
Un estudio de The Journal of the American Osteopathic Association advierte que los gamers profesionales pasan entre 5,5 y 10 horas diarias frente a la pantalla, lo que puede causar fatiga visual, dolores musculoesqueléticos y problemas circulatorios.
Los especialistas recomiendan:
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Pausas cada 15–20 minutos.
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Ejercicios de movilidad.
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Postura ergonómica frente al equipo.
Preparación física fuera de la pantalla
El 92,7% de los jugadores de alto nivel incorpora actividad física en su rutina, desde estiramientos hasta entrenamientos específicos para cuello, espalda y muñecas. Esto previene lesiones y aumenta la resistencia para largas sesiones de competencia.
Tecnología y bienestar
Las marcas también se suman al cuidado de los jugadores. Acer, por ejemplo, desarrolla monitores con reducción de luz azul, sillas con soporte lumbar y equipos que favorecen la postura natural de la columna.
“El equipo adecuado no solo mejora el rendimiento, también protege la salud del jugador”, señaló Silvio García, director regional de Acer.
Nutrición e hidratación
Los expertos recomiendan consumir 2 a 3 litros de agua diarios y mantener una dieta balanceada que aporte energía sostenida, reduciendo riesgos como la trombosis venosa profunda.
Salud mental, un factor decisivo
La presión competitiva ha llevado a que numerosos equipos incluyan psicólogos y entrenadores de rendimiento para reforzar la concentración, la resiliencia y el equilibrio emocional.
Una disciplina integral
El éxito en los e-sports depende tanto del estado físico como del mental. La combinación de hábitos saludables, acompañamiento emocional y herramientas tecnológicas es clave para prolongar la vida profesional de los gamers competitivos.