
El nombramiento de Bad Bunny como artista principal del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl 2026 ha desatado una fuerte controversia política en Estados Unidos. El asesor jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Corey Lewandowski, sugirió incluso el despliegue de agentes migratorios durante el evento, en respuesta a las críticas de sectores conservadores.
Críticas desde el ala trumpista
En una entrevista con el activista de derecha y youtuber Benny Johnson, Lewandowski cuestionó la decisión de la NFL, señalando que es “vergonzoso que eligieran a alguien que parece odiar tanto a Estados Unidos”.
Johnson, por su parte, atacó directamente al cantante, describiéndolo como un “travestista que odia a ICE, apoya a Kamala Harris y no canta en inglés”. También recordó que Bad Bunny había evitado incluir a EE.UU. en su gira mundial por temor a operativos migratorios.
Lewandowski, exjefe de campaña de Donald Trump en 2016, añadió que la NFL lleva años siendo “demasiado woke” y comparó la situación con el caso de Colin Kaepernick, a quien descalificó afirmando que “ningún equipo lo quería porque no jugaba bien, no por sus protestas”.
Respuesta de Bad Bunny y apoyo a la comunidad latina
El artista puertorriqueño, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, celebró su participación en el evento como un reconocimiento a la cultura latina:
“Esto es para mi gente, mi cultura y nuestra historia. Ve y dile a tu abuela que seremos el halftime show del Super Bowl”, expresó en redes sociales.
Bad Bunny ya había tenido una participación en el Super Bowl de 2020, acompañando a Shakira y Jennifer López en el escenario.
Respaldo desde la industria musical
El productor y fundador de Roc Nation, Jay-Z, quien supervisa la elección de artistas para el espectáculo, defendió la decisión:
“Lo que Bad Bunny ha hecho y continúa haciendo por Puerto Rico es realmente inspirador. Nos sentimos honrados de tenerlo en el escenario más grande del mundo”.
El trasfondo del debate
La controversia no solo refleja divisiones culturales, sino también el uso político del Super Bowl, uno de los eventos más vistos del planeta. Mientras sectores conservadores critican la elección del cantante, otros destacan la relevancia de que un artista latino, que canta en español y representa a Puerto Rico, sea protagonista del espectáculo más importante del deporte estadounidense.