
Más de 3.830 muertes registradas en España este año son atribuibles al calor, lo que significa un aumento del 87,6% con respecto al año anterior, anunció el jueves el Ministerio de Salud.
Según el ministerio, más del 65% de estas muertes correspondieron a personas mayores de 85 años y cerca del 96% a personas mayores de 65 años, indicó el ministerio en un comunicado.
Estas estimaciones se basan en un sistema llamado «MoMo» (Monitorización de la Mortalidad), que estudia las variaciones de la mortalidad general diaria observada respecto a lo que sería esperable según las series históricas.
Para realizar sus estimaciones, se apoya en diferentes fuentes de información, como los datos del Instituto Nacional de Estadística o de los registros civiles. Igualmente, toma en consideración las temperaturas proporcionadas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
«En 2024, el sistema MoMo estimó 2.042 muertes vinculadas al exceso de calor frente a los 3.832 de este verano, lo que supone un aumento del 87,6%», explicó el ministerio.
«Aunque estas estimaciones reflejan el fuerte impacto del calor en la salud de la población, es importante recordar que no se corresponden con diagnósticos clínicos individuales», sino que son números calculados en base a modelos estadísticos, «por lo que los valores aún podrían ser revisados», advirtió.
España vivió este año su verano más caluroso desde que se tienen registros, con una temperatura promedio de 24,2 °C, según la Aemet.
El país sufrió una ola de calor récord de 16 días en agosto que alimentó incendios forestales que mataron a cuatro personas y destruyeron cientos de miles de hectáreas de tierra.
Los científicos alertan desde hace años sobre el impacto del cambio climático en las olas de calor, sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más intensos y frecuentes.
Nueve de los diez veranos más calurosos en España han ocurrido en el siglo XXI, según la Aemet.