
Las estaciones de transferencia de residuos sólidos de Santo Domingo Este debieron estar clausuradas desde hace dos años por disposición del Ministerio de Medio Ambiente, sin embargo, aún continúan en funcionamiento y representan un serio riesgo ambiental para la capital.
El pasado 11 de septiembre de 2025, el Poder Ejecutivo emitió el decreto 531-25 que declaró de alta prioridad la protección de los ríos Ozama e Isabela. A pesar de ello, la estación de transferencia de Cancino sigue recibiendo toneladas de desechos, a pocos metros de la orilla del río Ozama, una fuente de agua vital para millones de habitantes del Gran Santo Domingo.
La situación no es nueva. En 2022, el entonces ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, ordenó el cierre de estas instalaciones a través de las resoluciones 0006-2022 y 0007-2022. Dichas medidas incluían también la clausura de la estación ubicada en el distrito municipal de San Luis, al encontrarse dentro del área protegida Humedales del Ozama.
A pesar de las disposiciones oficiales y de la creciente preocupación por la contaminación de los principales ríos urbanos, las estaciones siguen operando, acumulando residuos que amenazan tanto la salud pública como el equilibrio ecológico de la zona.

El incumplimiento de estas órdenes genera cuestionamientos sobre la capacidad de las autoridades locales para hacer cumplir la normativa ambiental y sobre el impacto real de las políticas anunciadas en defensa de los recursos naturales más importantes de la capita