
Estados Unidos aseguró este martes que los carteles del narco mexicanos, supuestamente en colaboración con el movimiento Antifa (extrema izquierda), han puesto precio a las cabezas de agentes de lucha contra la inmigración ilegal en ciudades como Chicago.
«El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha obtenido información de inteligencia creíble de que criminales mexicanos, en coordinación con grupos extremistas internos, han puesto recompensas sobre el personal de ICE y CBP», explicó el comunicado.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la patrulla fronteriza (CBP) protagonizan desde hace meses importantes redadas en esa ciudad del noreste de Estados Unidos, en medio de crecientes protestas.
El presidente Donald Trump anunció la semana pasada el despliegue de soldados de la Guardia Nacional para apoyar esas operaciones, a pesar de las fuertes protestas del gobernador de Illinois y el alcalde de Chicago.
«Los carteles han divulgado un programa de recompensas para incentivar la violencia contra los agentes federales», que incluye, siempre según el DHS, varios niveles de recompensas.
En concreto, «2.000 dólares por reunir inteligencia o ‘doxxing’ [en inglés, difundir la identidad o datos personales] de agentes».
Luego «5.000-10.000 dólares para secuestrar o asaltar de forma no letal» a esos agentes federales.
Y finalmente «hasta 50.000 dólares por el asesinato de altos cargos», asegura el texto.
«En Portland y en Chicago, los grupos Antifa han suministrado apoyo logístico», con material para las manifestaciones o ese supuesto espionaje sobre los agentes desplegados en las calles de la ciudad.
Trump declaró al movimiento Antifa, que según expertos es una constelación de grupos de ideología anarquista sin una estructura de mando, como «grupo terrorista interno».
El texto detalla que las fuerzas de seguridad han detectado a miembros de bandas como los Latin Kings apostados en azoteas en Chicago, equipados con armas y transmisores de radio, para comunicarse la posición de los agentes en tiempo real.
«Nuestros agentes se enfrentan a emboscadas, a vigilancia mediante drones y a amenazas de muerte» aseguró la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, citada en el comunicado.
Según los datos de su departamento, el ICE ha enfrentado un aumento de 1000% de ataques de todo tipo.
La lucha contra la inmigración ilegal es uno de los ejes del segundo mandato de Trump, y una de las críticas más asiduas de la oposición demócrata.