
Los comercios ilegales chinos se han convertido en una seria amenaza para la economía dominicana, según denunció Iván García, presidente de la Federación Dominicana de Comerciantes. García asegura que estos negocios, en su mayoría sin registro formal, han desplazado a cientos de comerciantes locales y provocado el cierre de múltiples tiendas en todo el país.
De acuerdo con datos ofrecidos por la federación, de cada 10 tiendas chinas que operan en República Dominicana, nueve no pagan impuestos ni cumplen con las regulaciones laborales. Esto representa una evasión estimada en más de 70 mil millones de pesos anuales, debido a la falta de facturación con comprobantes fiscales y al incumplimiento del pago del ITBIS y otros tributos.
El fenómeno, explica García, comenzó hace más de una década cuando comerciantes chinos comenzaron alquilando locales, ofreciendo sumas elevadas por adelantado. Sin embargo, hoy ya han pasado a ser propietarios, comprando grandes espacios comerciales y expandiéndose a todo el país. “Ya no solo están en la Duarte o la Luperón; están en Elías Piña, Pedernales, Samaná y en cada pueblo de la República Dominicana”, advirtió.
Además de la evasión fiscal, García denuncia irregularidades laborales: empleos a extranjeros ilegales, despidos antes de los 90 días para evitar responsabilidades y ausencia total de aportes a la Tesorería de la Seguridad Social o al Infotep. También señala que muchos productos importados desde China llegan sin cumplir con las normas de etiquetado en español y sin los debidos controles de calidad.
La Federación Dominicana de Comerciantes reclama la intervención coordinada de entidades como la DGI, Migración, el Ministerio de Trabajo, ProConsumidor y la Superintendencia de Bancos para frenar esta competencia desleal. Según el gremio, las autoridades tienen la capacidad de verificar y regular estos comercios, pero hasta ahora la acción ha sido limitada.
Iván García concluye advirtiendo que si no se toman medidas urgentes, el sector comercial dominicano podría enfrentar una crisis aún mayor. “Estamos siendo desplazados en nuestro propio país por negocios que no aportan ni cumplen con la ley. El comercio organizado está al borde del colapso”, afirmó.