
Dirigentes de izquierda y otros sectores aseguran que la decisión de Colombia de no participar en la Cumbre de Las Américas, que se celebrará en el mes de diciembre, en Punta Cana, al entender que el diálogo no comienza con exclusiones, podría arrastrar a otros países y desvirtuar el carácter democrático del evento.
La exclusión de Nicaragua, Venezuela y Cuba del encuentro de los jefes de Estado y de Gobierno sigue generando consecuencias.
Con el presidente colombiano, Gustavo Petro, suman dos los mandatarios que, en solidaridad con las naciones vetadas, se negaron a asistir a la Décima Cumbre de Las Américas, que tiene como país anfitrión a República Dominicana.
Sectores entienden que las declinaciones al evento podrían continuar.
En tanto, para el dirigente de izquierda Fernando Peña, la exclusión de estas naciones confirma una vez más el papel sumiso del país ante Estados Unidos.
El pasado 30 de septiembre, la Cancillería dominicana informó sobre la disposición del presidente Luis Abinader de no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela a la reunión de alto nivel.
Durante el evento, los gobernantes tratarán temas prioritarios que afectan a la región.