
El nuevo gobierno de Perú suspendió este viernes al jefe de la policía de Lima tras las protestas en la capital que dejaron un muerto a manos de un suboficial y más de un centenar de heridos.
Jóvenes de la Generación Z lideraron las manifestaciones del miércoles contra el Congreso y el gobierno de derecha que el 10 de octubre reemplazó al de Dina Boluarte.
Las marchas, que se han intensificado en el último mes al grito de que «se vayan todos», se enmarcan en la peor crisis de inseguridad que enfrenta Perú, y especialmente Lima, por cuenta de las extorsiones y asesinatos del crimen organizado.
Durante la más reciente manifestación, el rapero Eduardo Ruiz, de 32 años, murió por el disparo de un suboficial que fue detenido y será separado de la policía.
Al menos 113 personas resultaron heridas entre uniformados y civiles, según el balance de autoridades.
Este viernes el mando de la policía reemplazó temporalmente al general Enrique Felipe Monroy, jefe de la región policial Lima, por el general Manuel Vidarte, según un memorando conocido por la AFP.
Monroy fue separado del cargo que ocupaba desde enero de 2024 «hasta que terminen las investigaciones» por la actuación de la fuerza pública durante las protestas, dijo una fuente policial bajo reserva a la AFP.
Además del oficial, también fueron suspendidos dos generales de las divisiones de inteligencia y de investigación criminal a nivel nacional.
En un comunicado, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos instó a las autoridades a dar «prioridad al diálogo» y emplear el «uso de la fuerza» de manera «excepcional».
– Próximo estado de emergencia –
El movimiento en Lima, que comenzó en rechazo a la inseguridad, se ha transformado en una protesta generalizada contra la clase política, ante la falta de acciones contra la delincuencia.
En el marco de las movilizaciones, la Generación Z, que reúne a jóvenes de 18 a 30 años, ha ondeado la bandera One Piece, el nuevo símbolo de protesta juvenil global.
El miércoles miles marcharon contra el gobierno del recién instalado José Jerí, que reemplazó al de Boluarte.
La impopular mandataria fue removida por el Congreso tras un juicio político exprés por la crisis de inseguridad.
En la última década, Perú ha pasado por siete gobiernos, incluido el que tomó el mando hace una semana, en una profunda crisis de inestabilidad política que, sin embargo, no ha afectado su economía.
Ante el auge de la violencia, el nuevo gobierno anunció el jueves que declarará el estado de emergencia en Lima, para enfrentar a las organizaciones delictivas.
La medida cobijará a 10 millones de personas que viven en la ciudad y el vecino puerto de Callao.
«Próximamente, seguramente en algunas horas, anunciaremos las primeras medidas en ese sentido», dijo el nuevo presidente este viernes durante una ceremonia en una base policial de Lima.
Bajo el estado de emergencia, el gobierno podrá militarizar las calles y restringir derechos como la libertad de reunión.
Jerí, de 38 años y hasta entonces jefe del parlamento, asumió la presidencia de manera interina hasta julio de 2026, cuando deberá entregar el mando tras comicios generales.