
Tras una extensa reunión en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, evitó comprometerse con el pedido de su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, de suministrar misiles de largo alcance Tomahawk, y lo instó en cambio a buscar una salida diplomática al conflicto con Rusia.
Aunque no descartó por completo la entrega del armamento, Trump dejó claro que su prioridad es promover la negociación. En su red social Truth Social, escribió que la conversación fue “interesante y cordial”, y que pidió a Zelensky y al presidente ruso, Vladimir Putin, “detener la matanza y llegar a un acuerdo”.
“Ya se ha derramado suficiente sangre. Las fronteras se han definido por la guerra y el valor. Es hora de que ambos reclamen victoria y regresen con sus familias en paz”, afirmó el mandatario estadounidense, quien insistió en poner fin a los gastos “enormes e insostenibles” del conflicto.
Diferencias con los intereses de Kiev
El mensaje de Trump contrasta con las aspiraciones de Ucrania, que busca recuperar los territorios ocupados por Rusia desde la invasión de 2022, la cual mantiene cerca del 20% del país bajo control ruso.
Zelensky calificó el encuentro como “productivo” y explicó que abordaron temas sobre defensas aéreas y armamento de largo alcance, aunque evitó entrar en detalles “para no escalar tensiones”. Expresó su confianza en la voluntad de Estados Unidos de “poner fin a la guerra” y recordó el éxito reciente de Trump en la mediación del alto el fuego en Gaza.
El presidente ucraniano viajó a Washington junto a sus principales asesores con una propuesta de intercambio: ofrecer drones avanzados fabricados en Ucrania a cambio de los misiles Tomahawk. Sin embargo, Trump mostró cautela, alegando la necesidad de mantener las reservas estratégicas de Estados Unidos.
Putin advierte y Europa se inquieta
Desde Moscú, el Kremlin advirtió que la entrega de misiles a Kiev “no cambiaría la situación militar” pero afectaría gravemente las relaciones bilaterales con Washington.
Trump, que se perfila nuevamente como mediador internacional y busca fortalecer su imagen de pacificador, planea reunirse con Putin en las próximas semanas en Budapest. No obstante, su tono conciliador ha generado preocupación en Europa, donde se teme que su enfoque pueda favorecer a Moscú en una eventual negociación.
Mientras tanto, Rusia continúa avanzando en el frente oriental, donde asegura haber capturado más de 5,000 kilómetros cuadrados adicionales de territorio ucraniano en lo que va de 2025.