
El Dinero Podcast abordó un tema que preocupa a muchos dominicanos: el cierre o congelamiento de cuentas bancarias, aun cuando los fondos depositados sean legítimos. Esteban Delgado y Jairon Severino explicaron las causas, las leyes detrás del proceso y los errores más comunes que pueden meterte en problemas sin saberlo.
Investigaciones y bloqueos automáticos
Si el Ministerio Público notifica al banco que una persona está bajo investigación, la cuenta se congela automáticamente. No importa si tiene mil o veinte millones de pesos: el banco está obligado a hacerlo hasta que el proceso se resuelva o la Procuraduría comunique que la persona ya no está bajo investigación.
La Ley 155-17: impuesta y estricta
La actual ley contra el lavado de activos —modificada en 2017— fue impuesta a los países de la región para frenar delitos financieros, el narcotráfico y el financiamiento del terrorismo. Por eso los bancos dominicanos están sometidos a fuertes normas locales e internacionales y prefieren actuar con exceso de precaución.
Depósitos que levantan alertas
Cuando una persona con historial bancario modesto comienza a recibir depósitos altos y frecuentes, el sistema genera una alerta automática. El banco debe informar a la Unidad de Análisis Financiero (UAF), que da seguimiento y, si lo considera necesario, puede remitir el caso a la Procuraduría General.
El dinero es tuyo… si puedes probarlo
Aunque los fondos estén a tu nombre, debes justificar su origen. Si en pocos meses acumulas millones sin respaldo laboral o documental, el banco puede congelar la cuenta hasta que demuestres de dónde provienen los recursos.
Los riesgos de “hacer un favor”
Uno de los errores más costosos es prestar la cuenta a terceros. Aceptar depósitos ajenos —aunque sea para “ayudar”— puede vincularte a casos de lavado de activos. Lo mismo ocurre con empleados públicos que firman como “peritos” o personas que aceptan figurar como “accionistas” en empresas para completar requisitos: si la institución es investigada, todos los firmantes aparecen en el expediente.
Conclusión
El mensaje es claro: nunca prestes tu cuenta, evita firmar documentos que no comprendas y guarda evidencia del origen de tus ingresos. La ley es estricta y el banco no actúa por capricho: lo hace para protegerse… y también, aunque no lo parezca, para protegerte a ti.