
Oriunda de Santiago, Alba Carolina Vázquez fue desde niña una persona inquieta. Se colgaba de sogas, construía guantes que lanzaban fuego y soñaba con inventar cosas imposibles.
Esa niña hoy se prepara para algo que ni ella misma imaginaba: conquistar el espacio. Alba Vázquez se ha convertido en la primera dominicana en participar como astronauta análoga en una misión internacional y actualmente compite por un asiento en un vuelo suborbital de Blue Origin, la empresa espacial de Jeff Bezos.
Alba siempre tuvo curiosidad por el universo, pero nunca pensó que su vida giraría en torno a él. «Era algo más de afición», cuenta.
Estudió Criminología y Administración, soñó con ser actriz —llegando a estudiar siete años de actuación en Broadway— e incluso inició estudios de Veterinaria.
Fue en el Club Astronómico de Santiago donde encontró su verdadero rumbo. Desde allí, recibió una beca para estudiar Astronomía en la Universidad de Chile, expandiendo su pasión más allá de las fronteras dominicanas.
Su salto definitivo al mundo aeroespacial ocurrió tras participar en el NASA Space Apps Challenge, una competencia global de soluciones tecnológicas. Su grupo diseñó un sistema para que los agricultores pudieran usar información satelital sin necesidad de internet ni teléfonos inteligentes. «Ahí me di cuenta de que podía hacer ciencia de verdad, desde aquí», dice con orgullo.
Esta experiencia le abrió puertas. Fue mentora de jóvenes en proyectos científicos y, finalmente, seleccionada para participar en una misión en Hábitat Marte, una estación análoga en Brasil donde los astronautas entrenan en condiciones similares a las del planeta rojo.
Durante la misión, Alba investigó sobre ritmos circadianos artificiales, agricultura espacial y adaptación psicológica al aislamiento.
«Todo lo que estudié —Criminología, Administración, incluso mi formación artística— terminó sirviéndome para ese momento. Nada fue en vano», reflexiona.
La valentía de soñar
Detalla el Listin Diario que su historia no solo inspira por sus logros, sino por la valentía que requirió desafiar las expectativas. Su madre, Carolina, recuerda entre risas y lágrimas los días de incertidumbre: «Cuando me dijo que iba a estudiar algo sobre Marte, yo me volví loca. Pensaba: ‘¿Y esta muchacha en qué está?’.
Pero al final entendí que cada paso tenía un propósito. Y cuando la vi volver de Brasil con su certificado de astronauta análoga, lloré de emoción. Fue como ver un sueño imposible hacerse realidad.»
Su futuro en el espacio
Actualmente, Alba ocupa la posición número 16 entre 35 mil competidores que buscan ganar un asiento en una misión de Blue Origin. Si lo logra, se convertirá en la primera dominicana en ir al espacio.
Mientras tanto, sigue impulsando la educación científica desde su iniciativa AstroQuisqueya, con la que busca acercar la astronomía a comunidades y escuelas públicas.
«Mi meta es que la República Dominicana tenga su propio hábitat análogo, el primero del Caribe, y que los niños dominicanos puedan soñar con ser astronautas desde aquí», cuenta Alba.
El mensaje de su madre a otros padres es claro: «Apóyenlos. Aunque no entiendan sus sueños, déjenlos volar. Uno nunca sabe hasta dónde pueden llegar».
El mensaje de Alba para los jóvenes es inspirador: «No hay caminos equivocados si te atreves a aprender de todos. A veces la vida te prepara sin que te des cuenta. Y un día, todo encaja, y entiendes que incluso tus desvíos eran parte del destino».