La ciudad brasileña de Taboão da Serra, en el estado de São Paulo, ha alcanzado una de las densidades poblacionales más altas del mundo. Con alrededor de 13,416 habitantes por kilómetro cuadrado, este pequeño municipio de apenas 20 km² alberga a más de 273 mil personas.
De campos agrícolas a jungla urbana
A comienzos del siglo XX, Taboão da Serra era un área rural dedicada a la agricultura. Sin embargo, la cercanía con la enorme metrópoli de São Paulo cambió su destino. A medida que crecía la demanda de vivienda más económica, los terrenos agrícolas dieron paso a edificaciones verticales, transformando por completo el paisaje local.
Una ciudad sin espacio libre
De los 20 km² de territorio, más del 90 % ya está urbanizado. Las calles están repletas, los edificios se multiplican y los pocos espacios abiertos se destinan a infraestructuras o servicios básicos. La ciudad enfrenta el enorme desafío de mantener su calidad de vida en medio de la saturación.
Servicios bajo presión
El crecimiento demográfico no se detiene. Se estima que la población podría superar los 285 mil habitantes en los próximos años. Esta situación exige una adaptación constante del transporte público, la salud, la educación y el suministro de agua. Las autoridades locales han comenzado a priorizar proyectos de edificios mixtos y sistemas de movilidad más eficientes para aliviar la presión urbana.
La razón detrás del hacinamiento
La principal causa de esta concentración es su proximidad con São Paulo, una de las ciudades más caras del continente. Muchos trabajadores eligen Taboão da Serra por su ubicación estratégica y costos de vivienda más bajos. Sin embargo, el espacio limitado ha obligado a apostar por la construcción vertical, dando forma a lo que muchos describen como un auténtico “hormiguero humano”.



