En el alfabeto español actual existen dos grafías que, aunque las usamos todos los días, no provienen del sistema latino clásico. Según la Real Academia Española (RAE), las letras k y w son las únicas del abecedario que no tienen origen latino.
¿Por qué «k» y «w» son extranjeras al latín?
- La letra w no existía en el latín, por lo que no aparece en las palabras patrimoniales del español antiguo.
- La letra k, aunque se usó en algunos casos en latín, no formaba parte del sistema gráfico heredado por el español para representar el sonido /k/.
- En la ortografía moderna, ambas letras se consideran “adicionales” al alfabeto latino clásico, pero hoy están plenamente integradas al abecedario español.
¿Cómo llegaron al español?
- La w ingresó al idioma a través de préstamos de lenguas extranjeras. Por ejemplo, la palabra “whisky” fue adaptada como “güisqui” o “wiski”, mostrando la evolución y aceptación de ambas formas.
- La k se usa en palabras prestadas y nombres propios que conservan su grafía original o provienen de otros sistemas de escritura donde representa el sonido /k/.
Un reflejo de evolución
- Estas dos letras son ejemplo de cómo el alfabeto español ha evolucionado con el tiempo, incorporando signos ajenos por influencia cultural, tecnológica y lingüística.
- Aunque “k” y “w” sean las más “nuevas” dentro del sistema, hoy son letras correctas, normalizadas y funcionales en el uso diario.
- Resulta curioso pensar que cuando escribimos palabras como “kiwi”, “wifi” o “watt”, estamos usando letras que en su origen no pertenecían al latín.
A considerar
Cada vez que veas una k o una w en una palabra española, recuerda que estás utilizando dos letras que nacieron fuera del latín, pero que el tiempo, la globalización y la práctica cotidiana han convertido en parte esencial de nuestro idioma.


