La pieza logra, sobre la redondez de sus elementos constitutivos y la dirección veteranísima de Germana Quintana, es el triunfo del texto creativo, que sabe gestionar procesos internos y personajes determinantes, en una dramaturgia de ritmo circular perfecto
El tiempo de Dios es perfecto. Y en teatro, Cita a ciegas es la perfección. La psicología y la filosofía son la base científico-imaginativa sobre la cual cursan las líneas densas de todo drama, sea en cine o teatro. El estudio de la actuación humana, el análisis del comportamiento humano, en el marco de las infinitas circunstancias que le cruzan, constituyen siempre el puntal de libretos de teatro y guiones de cine.

La foto de portada es de Mika Pasco.
Cita a ciegas, del dramaturgo argentino Mario Diament, escrita en 2002 y estrenada en Buenos Aires en 2003, bajo la dirección del propio autor, en el Teatro Payró (Buenos Aires, Argentina), con un éxito tal que, desde entonces, ha sido una de las obras de logística mínima más representadas de Diament, con montajes en más de veinte países y traducciones al inglés, francés, hebreo, portugués; ha tenido diversas representaciones en el Teatro Las Máscaras.
La pieza fue escrita durante un período azul de productividad intelectual y sensitiva; era desbordante su madurez creativa en la que exploraba las conexiones entre el destino, el azar y la memoria.
El autor estructura una dimensión dramática circular y fragmentada, donde diferentes personajes se cruzan sin saber que sus vidas están entrelazadas con un texto, con un estilo sobrio, de diálogos breves y cargados de tensión psicológica y un poder de enganche emotivo con el público difícil de describir en una crónica teatral escrita con la prisa de los tiempos digitales.
El autor confiesa que la obra “es una historia sobre la ceguera interior, más que sobre la ceguera física”, y plantea que los seres humanos rara vez percibimos el alcance de nuestros actos o las conexiones que nos unen a los demás.
“¿Ud. es ciego?”, pregunta un personaje. “¿Yo? ¡No!”, responde el hombre sentado en un banco del parque. “¿Ah, pensé que no veía!”, dice el hombre de pie. “No veo, pero no soy ciego”, dice el invidente. “No sé si le entiendo bien”, aduce el que sigue de pie. “Hay gente que es ciega a pesar de tener la vista intacta”, le responde desde el banco.
El libreto también refleja la preocupación existencial y humanista de Diament: el paso del tiempo, la culpa, el perdón y la imposibilidad de comunicarse plenamente. Su estilo, próximo al realismo psicológico y al teatro de ideas, combina lo cotidiano con lo metafísico.

Valoración crítica
Una obra que logra, sobre la redondez de sus elementos constitutivos, la dirección veteranísima de Germana Quintana, que parte de un texto dramatúrgico de impecable terminación y cuidadosa estructuración de sus curvas dramáticas que se inician, se desarrollan y vuelven a conectar con el punto de origen.
Jorge Santiago, centro de las acciones en su rol de escritor no vidente, de reconocimiento social, pero inconcluso en el amor, logra la que nos parece su mejor actuación.

Se adueña del personaje, convence y transmite ternura, curiosidad, ingenuidad y fuerza. Se luce el montaje con unas interpretaciones intensas y tiernas, en especial la de Jorge Santiago, un actor y director, que entrega con este el mejor de sus oficios, resultado de la entonación precisa, el gesto fluido y oportuno y el respeto del ritmo, a lo cual agrega el manejo del acento.

Lidia Ariza aporta una dimensión de temor y arrepentimiento como la musa que pasó al instante. Desarrolla sus procesos correctamente e invita al público emocionalmente a unirse a los hechos.

Luciano García y Kirsys Núñez ayudan a enmarcar los entregables emotivos de Cita a Ciegas. Luciano, que sentimos un tanto más lento que en su primera presentación de hace diez años (2015) en Las Máscaras, hace un aporte esencial que demarca el tema, juega con la ironía de las circunstancias y convence sobre su rol de deficiente funcionario bancario.

Núñez es fresca, mantiene buen nivel y cumple con corrección su papel de emotivo del entramado teatral. Dolly Martínez vuelve a demostrar por qué es una de las mejores actrices de reparto en el teatro criollo.
Fidel López, que acaba de publicar un libro sin precedente en la literatura artístico-técnica (Escenografías), crea un ambiente intimista, un ambiente de parque, con claroscuros follajes, un banco y el espacio suficiente para permitir el escaso movimiento que se registra. Verosimilitud en el árbol principal y equilibrio en la composición. Vestuario, diseño de luces, peinados y la utilería contribuyen a un resultado final que marca la percepción del público.
Puede que nos encontremos, junto a El Gallo (Fausto Rojas/Francis Cruz), ante una de las mejores entregas del teatro dominicano y, sin dudas, la que con mayor maestría completa su circularidad dramática.
Cita a ciegas es el triunfo del texto creativo, el que sabe gestionar sus procesos internos y sus personajes determinantes, esa dramaturgia de ritmo circular perfecto.
Ficha técnica
Título: Cita a ciegas
Género: Teatro
Categoría: Drama/comedia
Dirección: Germana Quintana
Producción: Teatro Las Máscaras
Autor: Mario Diament
Escenografía: Fidel López
Musicalización: Germana Quintana, Luciano García
Regidor: Ángel Martínez
Fotografía: Mika Pasco
Diseño gráfico y asistencia de dirección: Yarimar Uribe
Comunicación: Miguelina Terrero
Elenco: Jorge Santiago, Lidia Ariza, Dolly Martínez, Luciano García y Kirsys Núñez



