El presidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Pelegrín Castillo, afirmó que no se puede descartar la posibilidad de que Estados Unidos modifique la decimosegunda enmienda de su Constitución para permitir una reelección por un tercer período presidencial.
Castillo señaló que se trata de un escenario difícil y complejo, pero no imposible, tras explicar que Estados Unidos está inmerso en una guerra mundial híbrida de cuarta generación y que, a diferencia de las guerras tradicionales, en esa no hay formalidad.
“En un escenario así, el sentimiento dominante es que quien está al frente del Estado en ese momento no abandona. El poder no se cambia. Estados Unidos no se somete a un proceso electoral”, manifestó.
Entrevistado en el programa Toque Final con Julio Martínez Pozo, transmitido por Antena 7, el exdiputado explicó que el límite de dos períodos se estableció formalmente luego de la experiencia de Franklin Delano Roosevelt, quien fue electo en cuatro ocasiones. Recordó que una república con tradición de limitar y balancear el poder llevó a Estados Unidos a establecer la enmienda de dos períodos “y nunca más”.
Castillo consideró que el futuro político norteamericano dependerá de cómo evolucionen los acontecimientos a nivel mundial. Destacó que el presidente Donald Trump mantiene actualmente la mayor legitimidad dentro del escenario político estadounidense y que su liderazgo podría fortalecerse aún más si logra ajustar las relaciones internacionales y el equilibrio del poder con otras potencias.
A juicio del dirigente político, un eventual nuevo orden internacional podría abrir la posibilidad de que se le solicite a Trump continuar en el cargo.
Asimismo, analizó el papel de otros líderes mundiales y el contexto internacional, enfatizando que las principales potencias cuentan con liderazgos muy fuertes. Mencionó los casos de Xi Jinping, en China; Vladimir Putin, en Rusia; y Narendra Modi, en la India.
El exministro de Energía y Minas explicó que la anticipación de una fórmula presidencial por parte de Trump “no tiene precedentes”, pero responde a una lógica de continuidad política.
Consideró que el presidente estadounidense enfrenta el Estado profundo en Estados Unidos, grupos radicalizados e ideologizados en un escenario de guerra híbrida global. Aseguró, además, que existen muchas fuerzas desencadenadas que podrían intentar eliminarlo y, a su entender, una manera de mandarles una señal es que no tiene sentido eliminarlo, porque va a tener de frente a dos continuadores jóvenes que son bastante duros, radicales y que están muy compenetrados con su agenda.En tanto, estimó que el Partido Demócrata enfrentará serias dificultades para recuperarse tras la gestión de Joe Biden. Los efectos políticos de esta administración, según dijo, se prolongarán por años, debido a que fue una gestión auspiciada por Barack Obama, quien, desde la sombra, habría tenido un rol determinante en las principales decisiones de Estados Unidos.



