La reciente captura de una ciudadana rusa y su pareja colombiana en un exclusivo condominio de Rionegro, Antioquia, ha puesto en evidencia la magnitud del delito digital y el auge de las estafas amorosas en línea. Según las autoridades, ambos serían los líderes de una organización transnacional conocida como RED-DOT, dedicada a la extorsión digital, con ganancias estimadas en más de 25 millones de dólares.
De acuerdo con el informe policial, la red operaba creando empresas ficticias y perfiles falsos en redes sociales para establecer relaciones sentimentales o comerciales con sus víctimas en países como Colombia, Venezuela, España y Rusia. Una vez ganaban su confianza, obtenían información personal o empresarial sensible y luego exigían pagos que iban del 20 al 50 % de los ingresos mensuales de las víctimas a cambio de no divulgar el material obtenido.
El caso ha encendido las alarmas sobre la expansión de la sextorsión y las estafas sentimentales digitales, delitos que según el Informe de Amenazas 2025 de la firma Gen, han aumentado de forma alarmante. En Colombia, las estafas amorosas crecieron 156 %, mientras que los casos de sextorsión se incrementaron 40 % solo en el último trimestre.
Los expertos coinciden en que la clave del éxito de estas redes es su capacidad para manipular emocionalmente a las víctimas. “El objetivo es siempre generar un vínculo de confianza rápidamente y luego aprovechar esa conexión para manipular emocionalmente a la persona”, explicó Fabiana Ramírez, investigadora de Seguridad Informática de Eset Latinoamérica. Estas tácticas incluyen falsas emergencias médicas o solicitudes de ayuda económica urgente.
Además del impacto económico, los especialistas advierten que las consecuencias pueden ser graves. La sextorsión no solo expone la intimidad de las víctimas, sino que puede derivar en suplantación de identidad, robos e incluso agresiones físicas durante encuentros personales. Solo en Bogotá, la Policía Metropolitana ha detenido a 37 personas en lo que va de año por delitos de este tipo vinculados a aplicaciones de citas.
Los adultos mayores, mujeres de mediana edad y menores de edad son los grupos más vulnerables, según los reportes de Eset. La soledad, la falta de conocimiento sobre seguridad digital y la confianza excesiva son factores que incrementan el riesgo de caer en este tipo de engaños.
Los especialistas recomiendan mantener la cautela en interacciones digitales, desconfiar de perfiles “demasiado perfectos” y evitar compartir información privada, como datos bancarios o fotografías personales. También aconsejan no salir de las plataformas de citas para conversar en otras aplicaciones, ya que las primeras suelen tener herramientas de seguridad y denuncia.
“La educación digital es la primera línea de defensa”, concluyó Ramírez. Ante cualquier sospecha, se recomienda bloquear y reportar el perfil y, en caso de ser víctima, comunicarse con las autoridades locales o con el CAI virtual de la Policía Nacional. Este tipo de delitos, advierten los expertos, seguirá creciendo mientras el uso de la inteligencia artificial facilite la creación de engaños cada vez más convincentes.



