El caos del tránsito volvió a sentirse este viernes en el Gran Santo Domingo, donde miles de conductores quedaron atrapados durante horas en extensos taponamientos que afectaron las principales vías de la ciudad.
La situación generó retrasos, molestias y una ola de quejas entre quienes intentaban llegar a sus trabajos, estudios o actividades diarias.
Causas del colapso vial
Conductores señalan múltiples factores detrás del colapso. Uno de los más mencionados es la circulación de vehículos pesados en horarios no permitidos, lo que congestiona aún más las avenidas en horas pico.
A esto se suma la alta concentración de vehículos en arterias como la 27 de Febrero, John F. Kennedy, San Martín, Máximo Gómez y Charles de Gaulle.
Además, la presencia de vehículos averiados en puntos estratégicos ha generado cuellos de botella inesperados que agravan el tránsito.
Una ciudad prácticamente paralizada
En algunos momentos del día, más del 40% de las vías principales del Gran Santo Domingo presentan congestión severa. En días de mayor flujo, la cifra puede ser aún mayor.
Muchos conductores expresan frustración al ver cómo recorridos de 15 minutos se convierten en trayectos de más de una hora.
La lentitud afecta igualmente a estudiantes, transporte público y hasta servicios de emergencia.
Impacto en la rutina de los ciudadanos
Para enfrentar esta situación, algunos optan por salir más temprano, utilizar rutas alternas o incluso caminar parte del trayecto cuando el tránsito queda completamente detenido.
El estrés, el gasto excesivo de combustible y la pérdida de tiempo útil son consecuencias directas de esta congestión permanente.
Posibles soluciones
Expertos en movilidad aseguran que la ciudad necesita una reorganización integral del tránsito, con mayor control sobre los horarios de vehículos pesados y un sistema de transporte público más eficiente.
Se plantean mejoras en la frecuencia del Metro, ampliación de rutas y creación de alternativas que desincentiven el uso del vehículo privado.
También se exige una planificación urbana más moderna que responda al crecimiento acelerado del parque vehicular.
Un problema que se repite
Aunque los taponamientos no son nuevos en Santo Domingo, se han vuelto más frecuentes y extensos, afectando cada vez más la calidad de vida de los ciudadanos.
Sin medidas inmediatas y una visión a largo plazo, la ciudad continuará enfrentando este mismo drama diario.



