El empresario y abogado Affe Gutiérrez Gil ofreció un desgarrador testimonio sobre el calvario judicial y personal que vivió tras iniciar una relación con la expresentadora de televisión Sarah Pepén, señalando directamente al dueño del Grupo Telemicro, Juan Ramón Gómez Díaz, como el orquestador de una década de persecución y abuso de poder. En una reciente entrevista en el programa Una Nueva Mañana, Gutiérrez Gil narró con detalle cómo la relación sentimental desató una serie de eventos que lo llevaron a la cárcel, al punto de escuchar el nacimiento de su primera hija a través de un teléfono.
Matrimonio bajo amenaza y apresamiento
Gutiérrez Gil reveló que su boda con Sarah Pepén, celebrada en 2008, estuvo marcada por el miedo y las amenazas. «Yo me casé con un arma en la cintura… porque se había dicho que iban a ametrallar», confesó. El acoso se intensificó poco después, y la persecución se desató por completo tras su regreso de la luna de miel. «Dos días después yo fui apresado junto con mi padre», rememoró, bajo los cargos de secuestro, asesinato y asociación de malhechores. Esta situación provocó que toda la familia de Sarah Pepén huyera del país por temor, dejándola sola para enfrentar el pleito a su lado.
Gutiérrez Gil desmintió las especulaciones sobre la ruptura entre Pepén y Gómez Díaz, afirmando que su relación terminó por un tema de violencia física. Citó un incidente en el Hotel Jaragua donde, debido a la violencia, ella le hirió con un objeto.
El caso armado y la corrupción judicial
La génesis de su encarcelamiento se remonta a una demanda por difamación que interpusieron contra Telemicro. En las audiencias, el abogado que los asistía, quien Affe asegura que los traicionó por un pago, reveló que Affe y su padre habían tenido una situación en 2005 con una señora. Esta información fue la clave para que, según Gutiérrez Gil, se le armara un caso de asesinato.
El caso se basó en la muerte de un joven en 2005, ocurrido mientras Affe y su padre estaban bajo custodia policial por un incidente separado de golpes y heridas, lo que la Fiscalía del Distrito Nacional se negó a acusar por tener constancia de su detención. Sin embargo, el caso fue presuntamente retomado por el fiscal de la Provincia de Santo Domingo, Perfecto Acosta, con un fiscal asignado al DNI. Gutiérrez Gil afirmó que el testigo clave de la Fiscalía luego grabó un video, donde confesó que quien le pagaba era Gómez Díaz y que él se dedicaba a vender drogas, utilizando un carnet del IDAC (gestionado a través de Gómez Díaz, según el testigo) para evadir a la policía.
Gutiérrez Gil y su padre fueron apresados en 2009. Su padre duró 6 meses en prisión, mientras que Affe estuvo detenido 28 meses como preventivo. Denunció que la corrupción permeó en el Poder Judicial, señalando que la esposa de uno de los jueces que lo condenó fue empleada en Telemicro días después de que el tribunal fuera apoderado del caso. Estas y otras irregularidades involucraron a jueces que más tarde fueron expulsados del sistema judicial por el sonado caso Atiemar. En la cárcel de La Victoria, el abogado denunció que hubo hasta tres intentos de asesinato en su contra.
Lealtad inquebrantable y búsqueda de reparación
Durante los 28 meses de prisión, Sarah Pepén visitó a Affe «todos los días» y se quedó en el país a pesar de que su familia huyó. Affe la defendió de acusaciones de deslealtad, afirmando que Sara no es una mujer materializada y que dejó su carrera como estrella de la investigación para proteger a su familia. En medio de su encarcelamiento, Affe escuchó el parto de su hija mayor por teléfono y la conoció cuatro meses después en la cárcel. Esta tragedia personal lo motivó a hacerse abogado y jurar que lucharía hasta lograr la condena del Estado dominicano por el daño causado.
A pesar de su absolución, la Procuraduría General de la República sometió ante el Tribunal Constitucional una revisión constitucional para modificar su sentencia. Además, Affe Gutiérrez Gil reveló que la persecución no ha cesado, pues su programa de radio en la cadena RCC Media fue cancelado por supuestas presiones, y hubo un intento reciente de cerrar su nuevo negocio de restaurante-bar.
Al concluir, Gutiérrez Gil retó a sus adversarios a que lo demanden, alegando que si lo hacen, se abrirán los plazos para que él pueda defenderse en justicia. Respecto a Juan Ramón Gómez Díaz, Affe expresó que prefiere «orar mucho para que Papá Dios le dé la paz que él necesita«, aunque reafirmó que los funcionarios responsables de prevaricar, tal como lo establece la Constitución, deberán pagar hasta con sus bienes.



