Ambientalistas denuncian depresación en la Cordillera Septentrional en el tramo de Santiago.Ashley Martínez
La depredación forestal que sufren las montañas de la Cordillera Septentrional, y que se observa desde lejos en la ciudad de Santiago, no puede revertirse.
Esto, debido a que un proceso legal que buscaba detener la acción minera en esta zona, concluyó con una sentencia del Tribunal Constitucional, que impide la movilización de materiales de esos terrenos.
La Cordillera Septentrional es una cadena montañosa que recorre la costa norte del país, extendiéndose desde Monte Cristi hasta la Sierra de Samaná. Solo en el tramo del municipio de Santiago, casi llegando al casco urbano, nacen 7 ríos: Arroyo Gurabo, Jacagua, San Francisco, Quinigua, El Arequillo, y otros afluentes del Yaque del Norte.
Reporteros de LISTÍN DIARIO conversaron con Nelson Bautista, ambientalista y presidente de Acción Verde, quien explicó que la deforestación que tiene la montaña parte de tres momentos claves: la deforestación histórica, para minería y para las construcciones de villas en la montaña.
En primer lugar, la deforestación histórica, que controlan los primeros tumbes que se realizaron para la agricultura y alimentación y la construcción de viviendas, que tienen ya décadas, pero eran relativamente manejables en su momento.
El segundo, el “más trascendente de todos”, fue la deforestación para minería, sobre todo en la construcción de la circunvalación Norte de Santiago, debido a que la mayor parte del material granular que se extrajo para levantar el nivel de la avenida, salió de las montañas de las comunidades como Los Cocos, San Francisco, Jacagua, etc.
Esa extracción de material, que no fue debidamente regulada, no contó con rigor técnico o carácter científico que pudiera ser restaurada, y no se realizaron recortes en terrazas para que se pudieran colocarse nuevamente capas vegetales y sembrar allí.
“Ante la forma de trabajar de la minera, las comunidades se organizaron y sometieron varias iniciativas ante la justicia, buscando que se paralizara la extracción, y para ganancia de los depredadores (los que estaban construyendo la avenida), las comunidades tuvieron éxito en los tribunales”, indicó Bautista.
Explicó que fue ganancia para ellos, debido a que al llegar al Tribunal Constitucional, se emitió una sentencia que prohibía cualquier tipo de extracción en esas montañas.
“La comunidad al principio estuvo contenta, pero perdió de vista que si no se puede hacer ningún tipo de extracción y el corte que se había hecho era totalmente vertical, tampoco iba a haber manera de restaurarlo ecológicamente, porque no hay formas de sembrar plantas en ese talud vertical”, dijo.
Estableció que la comunidad, buscando no recibir más daño, logró un resultado que benefició a los mineros, quienes se eximen diciendo que no pueden hacer nada, porque el Tribunal Constitucional lo prohibió y no es apelable. Asimismo, el Ministerio de Medio Ambiente dice que no pueden hacer cortes o reforestar, porque está prohibido.
El tercer momento que ha marcado la depredación de esta y en el tramo Santiago, son las nuevas construcciones de villas en la montaña, que, al mejorar las carreteras, los caminos, y cuando entienden que la vegetación no sirve para nada, quieren cambiarla por árboles más bonitos, sembrando cosas que no son de ese ambiente, tumban la vegetación nativa de esa montaña.



